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Capitulo 12 ~ ¿Puede ser más incómodo?

- Si le soy sincero no lo habría podido controlar tan bien como lo ha hecho usted

- Espero que aprenda pronto a hacerlo incluso mejor que yo... ¿Que dijo Margaret respecto al trato de los dos fines de semana al mes?

- Mis abogados dicen que lo tomo muy mal pero no puede hacer nada

- ¿Respecto a la demanda en la empresa?

- Nada nuevo, tengo los mejores 4 abogados de todo el estado trabajando en ello y aún no hay novedades, Margaret tuvo mucho tiempo para planear todo esto

- Joder... Supongo que debemos ser pacientes y buscar la calma porque esto va para largo

Digo sentándome en el sillón

- Eso creo

Hunt se sienta junto a mi a tal vez medio metro, ambos nos quedamos en silencio por unos segundos, yo solo pienso en lo que deben estar pensando lo niños ahora.

Un pequeño ruido providente del monitor que reposa encima de la mesita llama nuestra atención, Katie se está despertando de su siesta

- Debo ir con Katie

Tomo impulso para pararme del sillón pero él me detiene

- Espere...

Mando toda mi atención a él, me mira por unos segundos antes de empezar a hablar y me doy cuenta que tiene la bandita en su cabeza algo levantada, me arrastro acercándome mientras él me mira con intriga

- Solo voy a organizar la bandita en su herida, puede hablar

Digo casi en un susurro pues tengo su rostro tan cerca que no es necesario hablar tan fuerte, me fijo en sus ojos por unos segundos, son tan azules que podrías perderte en ellos  y se ven un poco hinchados pero sigue siendo encantador

- Oh... okey

Dice finalmente, yo empiezo a acomodar está con delicadeza y cuidado de no tocar la zona

- Es sobre lo qué pasó esta mañana, le juro que no sabía que usted estaba allí con Katie, yo iba en busca de un cojín y...

Dios, justo tiene que tocar ese tema cuando estoy tan cerca de él, casi puedo verme como una cereza de la vergüenza. Terminó con la bandita y lo miro otra vez

- Fue.. fue un descuido de mi parte, prometo ser más cuidadosa, no... no queremos que la próxima sean niños... - Aclaro mi garganta nerviosa - Uno de los niños 

Él se me queda viendo, JODER, puedo sentir su respiración en mis labios

- Tiene razón, yo... yo seré más cuidadoso... Y no crea que eso - Señala rápidamente con sus manos su entrepierna, ¿puede ser eso más incómodo? - Fue porque vi su... su... ya sabe - Señala mis pechos - Eso es algo de levantarse en las mañanas, no se puede controlar

- Señor Hunt, soy doctora, sé que tuvo una ereccion matutina, no por ver uno de mis pechos por fuera

- Si, eso...

DIOS

¿Acaso?

No....

¡Sus mejillas!

Se ha sonrojado tanto como yo

- Creo que es mejor que olvidemos lo de esta mañana y esta conversación ¿le parece?

- Completamente de acuerdo

Me levanto del sillón y me voy con la dignidad por los suelos