Sam Wilson

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Para la noche siguiente, tú antes de llegar a tu habitación ya estabas pensando en lo que te esperaba. Y realmente estabas ya segura a quién ibas a elegir. Entraste a tu cuarto y cerraste la puerta con seguro detrás tuyo.

Miraste entonces tu hoja, estaba casi por completo llena, estabas a cinco peticiones más de terminar con ese contrato y ahora las dudas te invadieron aún peor. ¿A quién escogerías en esta ocasión?

—No importa a quién elijas —escuchaste que te hablaban a tus espaldas y cuando volteaste miraste a tu pinche madrina entrometida que traía chingos de ojeras.

— ¿Por qué lo dices? —preguntaste confundida.

—Ya estás bien refundida entre la lista de deudores alimentarios —y te le quedaste mirando un momento cuando ella movió varias veces su cabeza de forma negativa—. Bueno, tú sabes a lo que me refiero, ¿ya has pensado en alguien?

Y a tu cabeza te llegó cierto actor que tenía un humor genial. Fue imposible que no esbozaras una sonrisa.

— ¿A Cenicienta?, ¿en serio? —la escuchaste soltar una risa—. De acuerdo, sólo porque Ceniciento me cae bien por ser pobre, pero no le prestes dinero porque nunca paga. Ojo ahí.

—Espera, espera, espera —le pediste antes que ella tronara sus dedos en señal de desaparecer—. Me quedan cinco personajes, ¿no es así?

—No se aceptan reclamaciones, recuerda que todo está en tu guión —te reclamó, porque namames, siempre le quieren echar la culpa a Ara sobre ese tipo de suntos y pues no es muy válido que digamos, ¿no?

—No hablo de eso, tonta —explicaste antes que un sonrojo iluminara tu rostro—. Me refiero a que si cuando esto termine no me puedes crear otro contrato.

—Ah, así que la niña se pone exigente, ¿ah? De acuerdo, lo debo hablar con mi jefe porque no soy la que toma las decisiones, más bien soy la mandadera del mero mero maromero caguamero pero trataré de interceder por ti como la abogada que soy.

—No eres abogada.

— ¿Te enseño mi papel que me certifica como abogada de la firma "Malvados y Asociados"?

Y sí, no te hagas porque ambas sabemos que leíste eso cantando, igual que cuando aparece en la serie de Phineas y Ferb, no me quieras ver la cara de estúpida, que aunque la tengo, no soy.

Te aproximaste a poner su nombre.

Sam Wilson

Algo te decía que ibas a gozarlo en grande.

Lo siguiente que hiciste fue entrar a tu cama y tan sólo esperaste a que el sueño te ganara. Cuando por fin pasó, abriste los ojos para encontrarte en una sala de cine.

Había una película en la pantalla y al parecer estaba a nada de acabar. Miraste a uno de tus costados para encontrarte que el hombro en el cual descansabas tu cabeza era el de Sam. Él volteó a verte y ambos se dedicaron una pequeña sonrisa mientras uno de sus brazos estaba rodeando tus hombros con dulzura. Era cómodo estar a su lado, en especial por lo blandito que se sentía.

Cuando acabó la película, esperaron a ser los últimos para que no los empujaran al momento de salir.

— ¿Y qué te pareció? —te preguntó.

—No estuvo mal —respondiste tomando su mano cuando te la ofreció—, creo que me distraje la mayor parte de la película.

Sam soltó una risa apenas y audible mientras miraba al suelo un momento.

—Sí, creo que me pasó lo mismo —te contó—. No sabía si era más interesante la película o el hecho de tenerte a mi lado.

Cuando Sam quería, resultaba ser una persona demasiado coqueta. Sólo seguiste el camino con él hasta llegar a un taxi. El camino estuvo lleno de comentarios ocurrentes por parte de Sam, las risas eran todo lo que se escuchaba en ese lugar a causa del hombre.

𝓢𝓮𝔁 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 ( +18 ) [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora