005

340 14 2
                                    

Liana

Estoy sentada a unos metros de un Aris profundamente dormido, le toco a el hacer guardia esta noche, pero lo vi realmente cansado así que me ofrecí a hacerlo por el, yo al contrario no tengo ni una pisca de sueño, estaba cansada, si, pero estos días de expedición, dormir es lo último que he hecho.

-Van mas de dos veces que te ofreces para hacer guardia.-llego Minho a sentarse a mi lado.

-No estoy cansada, eso es todo.-respondí suavemente.

El guardo silencio unos instantes mientas cruzaba sus piernas para sentarse más cómodo, yo recargue mi cabeza en el árbol detrás de mi, mis ojos admiraban el cielo obscuro, no había tantas estrellas, pero las que estaban ahí se hacían notar con un brillo precioso. En el laberinto no habían noches así, el cielo era azul, obscuro, así sin más, no había estrellas ni nubes. Por el día era soleado, ahí había una que otra nube, además, los atardeceres no eran muy frecuentes.

-¿me estás escuchando?- se dirigió a mi una vez más, con una ceja alzada. Ahí fue donde me di cuenta que me perdí en mis pensamientos una vez más.

-¿Uh?, lo siento,- tartamude.-suelo perderme en mi mente muy seguido.- baje la mirada, luciendo tímida.

-Y eres muy callada, lo he notado.- respondió con diversión en su voz.

Reí ante su comentario. ¿Acaso me ha estado viendo como yo a él?

-Lo lamento, ¿Que decías antes?

-Que llevas al menos tres días seguidos sin dormir. No es bueno para ti.- hablo nuevamente el castaño, está vez mirando mi perfil, no me animé a voltear mi rostro para mirarlo.

-Tu tampoco has dormido mucho que digamos.- devolví con sarcasmo.

-Lo se, pero yo soy bueno resistiendo, además no puedo simplemente quedarme dormido.

Mientras lo oía hablar no pude evitar jugar con mis manos en la tierra trazando figuras a azar y causando que el mirase hacia abajo, al igual que yo.

-¿Y por que no puedes dormir?- pregunté.

-Pesadillas.- contesto en voz baja soltando un suspiro.

Me sentí mal por el, le entiendo, también tengo muchas de esas, y se han intensificado estás noches fuera del refugio.

-Te entiendo, las he tenido por mucho tiempo.- respondí mirándole.

-¿Cómo las llevas?- sus ojos se conectaron con los míos. Mi respiración es lenta y calmada, estaba cómoda a su lado, estos días nuestras interacciones han sido mínimas, no cruzamos muchas palabras, quizá un par de gestos con las manos o cabeza, sin embargo, está noche, en nuestra primer charla real parecía que nos estábamos sincerando y llevándonos bien.

-Cuando eso me pasaba estando en la última ciudad, Gally prendía una vela o alguna forma de luz, el decía que se llevaría toda la obscuridad, y bueno, se quedaba despierto hasta que yo me quedara dormida de nuevo.- sonreí ante el recuerdo.

Vi que una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro. Se quedó callado unos segundos, supongo que procesando la información.

-No puedo creer que Gally este vivo, ¿Sabes?,-Minho hablo tras un pesado suspiro.- Cuando lo ví vuelto loco, con esa lanza en su pecho, no imaginé que lo volvería a ver, siendo completamente distinto. Y cuando lo tuve nuevamente frente a mi, estuve tan feliz de tener a mi amigo de vuelta, al verdadero Gally.

Eso fue muy profundo, ¿Será que es muy tarde y está borracho de sueño?, Es quien más necesita dormir, nos lidera y lidia todo el tiempo con esta bola de adolescente.

-Jamás tuve quien hiciera eso por mi.- hablo el nuevamente tras un par de minutos de silencio.

Le mire confundida, realmente no se a lo que se refiere.

-¿de que hablas?- pregunté dándole una mirada confusa.

-Alguien que alejara las pesadillas, o siquiera a quien contarle.- el asiático bajo la mirada.

Nuevamente sentí pena por el, no debe ser fácil, salir del laberinto, ser secuestrado por CRUEL, tratar de mantenerse vivo, no se mucho sobre lo que pasaron al salir del laberinto, pero se que lo que sea que haya hecho y por lo que haya pasado, debe traerle mucho estrés hasta hoy en día.

-Entiendo que debió ser difícil lo que pasaste en con CRUEL, pero tienes a tus amigos a tu lado.- bufo ante mi respuesta.

Reí bajito ante su expresión, es lindo hasta cuándo se queja.

-Y me tienes a mi, yo cuídare de ti hasta que duermas y alejaré las pesadillas.- ofrecí, al notar su mirada sorprendida y después de analizar lo que dije me sonroje.

Quizá fui muy atrevida, estoy yendo muy rápido. Tonta, se supone que debías ser agradable con el, no asustarlo.

-¿De verdad lo harías?- pregunto el, me miraba con un brillo en los ojos, jamás había visto esto en el, lo tenía realmente cerca, cara a cara, mirándome a los ojos.

Me sentí aliviada de que no creyera que soy una loca.

-Claro, ahora somos amigos.-respondí con una sonrisa.

El me devolvió la sonrisa, se ve realmente lindo bajo la luz de la luna y las estrellas, estoy siendo una cursi total, pero no me culpen, el es lindo,y aunque lo conozco de hace un par de días, y a pesar de que está ha sido nuestra única conversación real, tenía un sentimiento extraño hacía el, es la primera vez que me siento tan cómoda a lado de alguien al charlar de este modo.

-¿Podrías hacerlo ahora?, Está por amanecer y me gustará dormir aunque sea un poco.- dijo suavemente, sin dejar mis ojos. Sostuve su mirada con una sonrisa.

-Claro, me quedaré a tu lado y te despertaré por la mañana.- respondí cálida.

No hubo respuesta, lo ví acomodarse para dormir junto a mi, se recostó del lado izquierdo, con ese mismo brazo sosteniendo su cabeza. No me daba la espalda así que podía ver perfectamente sus ojos cerrados y su pecho subir y bajar al respirar. Mantuvo esa expresión por unos segundos hasta que lo oí hablar nuevamente

-Realmente agradezco que hagas esto por mi.- dijo el, con los ojos aún cerrados.

Sonreí por última vez está noche, aún sabiendo que el no podía verme, presiento que nos llevaremos bien el resto del viaje.

Maze Runner | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora