9.

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Itachi observó como Sasuke se detenía frente a un comercio de comestibles, el pelinegro menor echó un vistazo sobre todos los estantes y después siguió con su camino sorprendiendo a su hermano mayor por aquella acción tan repentina.

—Itachi-san... -la voz de Naruto le hizo dar un respingo— ¿Podríamos descansar un rato?

—Tienes ganas de ir al baño ¿verdad? -la fría mirada de Itachi hizo que Naruto se avergonzara de inmediato, no podía creer que solo con un par de horas lo conociera tan bien.

Pararon frente a otra tienda de bolitas, e Itachi aprovechó para comprar una varita. Sasuke miró en todo momento a su hermano mientras devorada su postre, para después comprar una caja de estos mismos.

—¿Gusta que los ponga en una caja de temporada? -preguntó el chico detrás del mostrador mientras señalaba las cajitas a su espalda adornadas con dibujos de flores de cerezo.

—Lo agradecería -respondió Itachi mientras aguardaba por su pedido.

Una vez en sus manos, lo guardo en la pequeña mochila que colgaba de sus hombros. Sasuke no lo perdió de vista ni un solo segundo, interesado por el acto que acababa de suceder frente a sus ojos.

—¡Listo! -gritó Naruto mientras corría hacia ellos, ambos pelinegros miraron hacia su dirección— Perdón por tardar, pero encontré esto -dijo con un entusiasmo contagioso a la vez que dejaba a la vista un frasco con hierbas en su interior— Sakura lo adorara, son plantas que se utilizan como aromaterapia ¡Increíble, ¿no?!

Itachi sonrió con aprobación ante el obsequio de Naruto y espero pacientemente a que esté terminara de relatar la historia de cómo la mujer que se lo vendió intentó venderle más cosas sin sentido alguno. Por su parte Sasuke acababa de darse cuenta de algo, él era el único que no le daría algo a Sakura, otra vez.

—Esperen un segundo -dijo el Uchiha menor mientras se detenía cerca de la salida de la aldea a la que habían ido a auxiliar en su misión— Necesito comprar algo.

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