Quédate

13

—Sakura-sama -la llamó el anbu tras suyo, la pelirosa no tuvo que girarse para saber de quién se trataba, y una sonrisa se dibujó en su rostro al sentir las manos de Itachi rozandole las caderas— ¿Tienes un paciente hoy?

Sakura giró sobre su eje quedando frente a frente con el pelinegro, su mirada se clavó en la máscara pintada a mano característica de aquellos ninjas en cubierto. Itachi vaciló un segundo, pero al final terminó por apegarse más a ella en un gesto posesivo que hizo a la pelirosa reír.

—La bata te queda tan bien -murmuró el ninja mientras apartaba de su alcance aquella prenda y filtraba sus manos por debajo de la blusa de Sakura para así tocar su piel desnuda— Me gusta...

La voz ronca del mayor provocó en Sakura un fuerte sonrojo acompañado de una oleada de calor recorriendole la anatomía completa. Jadeo en busca de aire cuando las manos de Itachi subieron por su espina dorsal acariciando arriba y abajo con un delicado tacto.

—¿Por qué la formalidad, Itachi-san? -preguntó en un suspiro mientras sentía la fría piel del shinobi haciendo presión sobre la calida piel de su espalda.

Itachi sonrió de lado, hacia tanto que habían comenzado a usar honoríficos cuando se encontraban fuera de sus labores, pero aún seguían llamándose formalmente cuando se encontraban en el hospital o en alguna misión porque les parecía divertido y emocionante aquel juego.

Sakura se atrevió a quitarle la máscara con ambas manos, sin previo aviso se acercó hasta el rostro del chico y depositó un tierno beso en la línea de su mandíbula. El corazón del Uchiha dió un salto y se removió de manera extraña, pidiendo un poco más de aquel inocente tacto que solo Sakura podía proporcionarle.

—Eres tan tierna, Sakura-chan -murmuró para sí mismo capturando los labios de la Haruno entre los suyos.

Las manos torpes de la chica rodearon el cuello de él en un intento por mantenerlo más cerca, Itachi rió sobre los labios de su amada. Con todo la seguridad que pudo reunir elevó su mano hasta la espalda alta de la chica, y con un hábil movimiento abrió el broche de su corpiño, haciendo a Sakura saltar en su lugar por la sorpresa.

—Tsunade-sama llegará en cualquier momento con el paciente -murmuró mientras se separaba delicadamente del chico, Itachi bufó por lo bajo, sacó las manos de entre la ropa de Sakura y a regañadientes se enderezó.

—Tu labial está hecho un desastre -anunció tan pronto logró ver la gran mancha roja en los labios de la chica. Las mejillas de la médico ninja se incendiaron una vez más en un rojo carmesí, y agachó la mirada avergonzada.

—Tu boca está peor que la mía -contraatacó la chica mientras limpiaba el resto del cosmético con alguna servilleta de por ahí. Quiso ayudar al Uchiha pero este se negó.

—Me pondré la máscara, pero no quiero eliminar el rastro -reparó a la vez que colocaba sobre su rostro aquel accesorio nuevamente.

—¿El rastro?...

—Sí, el que demuestra lo poco profesionales que somos -sonrió apesar de no poder ser visto, y antes de desaparecer se le ocurrió intentar algo— Te veo luego ¿si? -preguntó al mismo tiempo que con sus dos primeros dedos golpeaban la frente de la pelirosa con una delicadeza extrema.