Quédate

10.

—¡Sakura-chan! -la inolvidable voz de Naruto llamó su atención, dejo de lado las compras que había hecho para Tsunade y se concentró en su mejor amigo que venía a toda velocidad en dirección a ella— Que bueno que te encontré ¡Mira lo que conseguí en mi misión con Itachi y Sasuke!

El mero hecho de escuchar el nombre del pelinegro mayor le hizo estallar en corazón, pero logró disimularlo agachando la mirada. Naruto extrajo de su bolsillo ninja un pequeño frasco con hojas en su interior, Sakura de inmediato reconoció el color de la hierba.

—¡Aromaterapia! -exclamó emocionada mientras quitaba el corcho que protegía la boquilla del frasco para inhalar su aroma— Huele tan bien... Gracias Naruto.

Unos pasos se hicieron presente a su costado, Sasuke caminaba a ritmo lento pero seguro, a sus hombros traía la mochila gris que siempre cargaba con él durante las misiones, y mantenía las manos en el interior de los bolsillos de su pantalón haciéndolo lucir despreocupado, tal y como siempre lucía.

—Sakura... -la llamó una vez que estuvo a su lado, seguido de esto sacó de su bolsillo izquierdo una pulsera roja tejida a mano con su nombre escrito en él— Espero te guste.

Claro que le gustaba, pero le sorprendía además el gesto tan inesperado del chico. Una vez que Sasuke se encargó de atar el accesorio alrededor de su muñeca se dio cuenta de algo, ella no les había traído nada de su más reciente misión.

—Gracias Sasuke... gracias Naruto, pero ya saben que no es necesario... -comenzó a decir cuando a espaldas de ellos Itachi le sonrió a la vez que le hacía una seña en dirección al edificio hokage, para después continuar caminando. El único en percatarse de que algo estaba pasando fue Sasuke— Yo no pude comprarles nada... Yo, la verdad lo lamento mucho.

—¿Bromeas? Está bien, Sakura-chan -dijo el rubio mientras le propinaba un apretón en el hombro derecho— Tú haces tantas cosas por nosotros que unas hojas y una pulsera no pueden pagar.