– SOLEDAD –Llevo al rededor de 3 días encerrada sin hablar con nadie. Ni pensar en ir a la escuela. Igual poco me importa.
Mi familia viene cada 30 minutos a ver como estoy. Intentan hablar conmigo, pero yo no hablo. No tengo palabras para decir. No tengo ganas ni de respirar.
Solo tengo un bucle en mi cabeza dando vuelta una y otra vez lo que me paso esa noche.
Es increíble como meses de trabajo, para recuperarme, se pueden destruir en unos segundos.
Quiero llorar y desahogarme, pero ya no tengo lágrimas. Solo me queda ir a bañarme otra vez. Porque me vuelvo a sentir sucia.
Tengo la piel de mi cuerpo enrojecida e irritada, de tanto que me he refregado. Se que mis padres lo han notado y se que están preocupados, pero no lo puedo evitar. Estoy sucia, estoy rota. Y ya nadie podrá cambiar eso.
Escucho mi teléfono sonar constantemente, lo que me indica que es otra llamada de Lucas.
Los mismos días que llevo sin hablar con nadie son los mismos que llevo sin escribirle. Suspiro, se que no merezco ni una de sus llamadas porque doy asco. Pero me da pena que llame y nadie le responda. Pero puede que así se olvide de mi.
El teléfono deja de sonar y al cabo de unos minutos mi mamá entra por la puerta .
Me ve sentada en el suelo con mis rodillas pegadas a mi pecho. Pero no dice nada. Solo opta por sentarse en la silla de mi escritorio para luego hablarme.
– Hija, ya esta la comida y debes comer algo – su voz luce rota. Así como yo. Y me maldigo por eso. Les hago daño.
Niego con mi cabeza para luego mirar por la ventana.
Mi madre se queda unos minutos en silencio, para luego decirme que me traerá algo de comer.
Se levanta de la silla y cuando esta por irse el teléfono comienza a sonar de nuevo, haciéndola detener antes de llevar a la puerta.
Giro mi cabeza para mirar el aparato que se encuentra en la mesa de luz y bajo la vista, sabiendo que es él de nuevo.
Escucho a mi madre moverse hasta tomarlo y contestar.
– Hola. Soy la mamá de Eira. ¿Quién habla?
La escucho hacer silencio, Lucas debe estar diciendo algo. En verdad agradezco que mi mamá le haya respondido.
– Entiendo tu preocupación. Pero mi hija en este momento no quiere hablar con nadie. – hace un poco de silencio para luego agregar – Literalmente cuando digo nadie es nadie. Ni a nosotros que somos su familia nos habla. Esta encerrada en si misma .
Se vuelve a callar y ruego que cuando hable no diga algo de más.
– Esta bien, cariño. Espero que a vos te haga caso.
¿ Cariño? ¿Le dijo Cariño?
Ruedo los ojos. Porque lo sé, Lucas inspira confianza. Y en verdad no se porque. Puedes estar horas y hpras hablando de cualquier cosa, ya sea importante o no y no te cansas. Es más, con el es mas facil hablar que con él que con mi familia o con Samara. Es simplemente relajante hablar con el.
Escucho los zapatos de mi mamá acercarse a mi. Y en cuando llega se agacha y deja el teléfono a mi lado, para luego hablarme.
– Quieren hablar contigo. No necesitas hablar solo escucha ¿Si? – hace silencio – Esta en alta voz – dice fuerte , y se que lo ha dicho para que Lucas escuche.– Te amo hija.
Se levanta y se va. Cuando esta por salir me mira y luego cierra la puerta.
Hay un silencio largo y tranquilo hasta que escucho la voz de Lucas.
– ¿Eira? – miro el teléfono pero no respondo – Linda, se que no quieres hablar con nadie. Pero en verdad necesitaba saber como estabas. – se escucha un suspiro – se que sueno pesado, pero hacían varios días que no sabia nada de ti y estaba preocupado.
Silencio.
Miro hacia delante. Para luego inclinar la cabeza y apoyar mi mejilla en la rodilla, quedando mi vista sobre el teléfono.
– Ayer tuve que ir a entrenar al gimnasio – lo escucho soltar una risita – y tenía que hacer pesas para trabajar pecho. Y cuando agarre las mancuernas de 20 kilos, u a estaba mal colocada y se me resbaló golpeando un estante haciendo que se cayera, tirando de el todas las carpetas y libros que habían ahí. – se ríe – ¿y sabes que hice ? – hace un segundo silencio para luego continuar– Salí corriendo de ahí. Porque Juan, que es mi entrenador, me iba a matar. Lo peor es que le he roto un mate de cerámica que no se quien le regalo. – Sonrío imaginandomelo corriendo por su vida – Bueno en fin, me castigó y me hizo hacer el doble de todo y ahora estoy que me muero del dolor.
Hace silencio. Esperando una respuesta mia que no llega. Y eso duele. Porque se que no soy capaz de hablar. Una lagrima corre por mi mejilla, que luego moja mi pantalón.
–Eira, se que algo te pasa, o que algo malo te paso y por eso estas asi. Pero no te cierres. No lo hagas. Las personas que te queremos necesitamos saber que pasa para poder ayudarte. Se que es difícil pero no es imposible. Solo... solo inténtalo ¿si?.
>> Si no quieres hablar con tu familia, hazlo conmigo. Yo no te voy a juzgar. Nunca lo haré, pero no te cierres que es aun peor.
Las lágrimas caen por mis mejillas y no puedo evitar soltar un sollozo que alerta a Lucas.
— Hay linda, no llores. Me desespero no poder abrazarte si lloras.
Eso me hace llorar aún más y no puedo evitar responderle porque me sale de lo más profundo de mi.
– Estoy rota, Lucas. Soy un rompecabezas, donde sus piesas han sido desparramadas por todo el mundo. – le sigo sin miramiento .
Lo escucho suspirar para luego decirme – No te preocupes, soy un buen buscador y amo armar rompecabezas.
Sonrío limpiandome las lagrimas de mis mejillas , porque se que el debe tener la misma sonrisa que yo.
Ha logrado que le hablara aunque sea solo un poco. Y se lo agradezco, me ha hecho bien escucharlo un poco a él. Me sirve de distracción para no pensar en nada malo que me destruya por dentro.
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AMOR ILEGAL - Sin Editar
Novela JuvenilOdio que me interrumpan mientras estoy leyendo. Vuelven a tocar el timbre de casa segundos antes de abrir. - ¿Y tu quién eres? - hablo mientras observo al chico delante de mi. - El amor de tu vida - responde de una manera coqueta sin quitarme los o...