Vida y Muerte

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Tras la partida de sus compañeros, Levi se retiró hacia el lugar asignado como su habitación. Estaban en casa ajena. Se acercaba la hora, y era momento de alistarse, pero cuando entró a la estancia se sorprendió, y le embargó la curiosidad al ver una carta encima del camastro.

Se sorprendió nada más abrirla ya que en ella había un colgante muy similar al que ella le entregó a Eren tiempo atrás, motivo por el que supo quién lo había dejado, y sin demora, se sentó y comenzó a leer.

Levi, cuando estés leyendo esto, ya habremos partido. Lamento no haber tenido el valor suficiente para hacerlo en persona. Ahora entiendo las veces en las que me rechazabas y evitabas, porque estar lejos de tu persona más amada es uno de los mayores dolores que una persona puede padecer cuando se ama tanto a alguien. 

Gracias a ti, he descubierto grandes cosas que jamás pude imaginar. Por primera vez salí al mundo, conseguía mi propio alimento, hablaba con amigos de distintos lugares, y sobre todo, me enamoraba... 

Dijiste que el colgante es la unión infinita entre dos almas, pero una unión no puede suceder sin sus dos partes. No importa lo que suceda hoy, si ganamos o perdemos, porque no importa el resultado. Yo me siento ganador por el hecho de estar a tu lado. 

Te amo como nunca he querido a nadie. Siempre estaremos juntos, lo prometimos, y así haremos. 

Lucha y nunca te rindas.

Aquellas simples, pero emotivas palabras hicieron que brotaran lágrimas de sus ojos, las limpió rápidamente, y no hizo más que tomar las palabras del chico con gran determinación, y tras colocarse la indumentaria faltante para lo que estaba por venir, marchó finalmente.

Aquellas simples, pero emotivas palabras hicieron que brotaran lágrimas de sus ojos, las limpió rápidamente, y no hizo más que tomar las palabras del chico con gran determinación, y tras colocarse la indumentaria faltante para lo que estaba por ve...

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Como cualquier pueblo del lugar, estaba rodeado por bosques, excepto por la zona en el que aparecería la mujer, puesto que era una gran explanada con arrozales en sus límites.

Cuando Levi llegó quiso analizar con detenimiento el lugar con la intención de idear un plan, pero de poco le sirvió aventurarse tiempo antes, porque la hora de inicio del sol de Rongia daba comienzo, y apenas enfocar su vista al frente, vio a Carla, tan orgullosa y prepotente como era. Esta, sin siquiera mostrar indicios de ello, con gran potencia, hizo arder aquella pequeña explanada, pero Levi, evitando un desastre y utilizando el agua de los campos de arroz, lo apagó. 

Se podía apreciar la mirada y sonrisa victoriosa que siempre mantenía la mujer, mientras que la chica permanecía con un rostro neutro y serio, y cuando estuvieron a la distancia suficiente, la más mayor habló.

- Ha pasado tiempo desde que nos vimos... Realmente me desatiendes... Con lo que me gustan nuestras charlas... - Carla reía malévolamente, mientras Levi continuaba con su rostro serio sin articular palabra mientras contemplaba los movimientos de esta - Realmente has cambiado, sobre todo, físicamente... Pero no eres la única... - la mujer se liberó de aquella capa que portaba para mostrar las distintas marcas que había en su cuerpo.

El monstruo que habita en mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora