Capítulo 32

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Shoyo salió de la habitación con un rostro lleno de tristeza.

Los demás esperaban su respuesta aún pudiendo adivinarla por la expresión de su rostro. Querían escuchar la respuesta de su propia boca.

─ No ─. Todos soltaron un suspiro de desesperación al escuchar esas palabras.

Las miradas decaídas de los demás eran evidentes, la tensión y tristeza podía sentirse a kilómetros del lugar. Cualquiera que viera sus rostros podía decir con facilidad que algo había pasado sin necesidad de palabras.

─ Han pasado ya dos semanas y no deja que nadie más que Shoyo y Natsu se acerquen a él ─. Shimizu dijo mirando al suelo, aunque su rostro no lo demostrara, sus ojos daban a relucir la tristeza que la invadía al pensar en que Kageyama no permitía que nadie más se acercara a él.

─ La única persona que deja entrar fuera de Shoyo y Natsu es a Tsukishima y ni siquiera deja que se le acerque ─ Asahi apoyó a Shimizu con el mismo tono.

─ Solo... debemos comprenderlo y esperar, estoy segura que en cuanto los vea podrá recordar quienes son ─ Shoyo intentaba alegrar a sus amigos, quienes parecían comenzar a perder toda esperanza de que el azabache recuperase los recuerdos que había tenido con ellos.

─ Pero al ver a Tsukishima no recordó nada ─ Yamaguchi no quería ser pesimista, pero esa era una realidad que debían afrontar ─. Quizá nunca recuerde quienes somos.

Todos bajaron la mirada con una mueca de tristeza. Lo sabían, lo sabían desde el momento en que Hinata regresó la primera vez con la mirada gacha. Kageyama no los recordaba, y era probable que nunca lo hiciera.

─ Bueno, bueno... ─. La voz de Nishinoya hizo que todos volvieran la mirada hacia la chica energética ─. Si él no nos recuerda entonces hay que forjar nuevos recuerdos con él.

Suga rió a carcajadas al escuchar a su amiga, quien tenía las manos en jarras y un ligero puchero en el rostro.

─ Es cierto ─ dijo como si fuera lo más obvio ─. Si Kageyama no nos recuerda entonces solo debemos hacernos sus amigos de nuevo.

─ Aunque no será tan fácil ─ Tsuki puso una de sus manos en su barbilla reflexionando las palabras dichas por Nishinoya y Suga.

─ Claro que no lo será ─. Daichi habló con voz fuerte mientras una sonrisa aparecía en su rostro ─. Pero de eso se trata la vida. No podemos esperar que todo se nos entregue en las manos. No podemos esperar un momento perfecto, nosotros debemos crearlo.

─ Eso, eso ─. Tanaka había tomado la mano de Shimizu dándole un ligero apretón, transmitiéndole un poco de confianza a la pelinegra, quien sonrió de manera ladeada al ver el rostro iluminado del rapado.

─ De cualquier manera ya está recuperándose tendrá que salir en poco tiempo, debe adaptarse a convivir con los demás o podría ser un problema ─. Las palabras de Tsuki podían ser un poco secas y directas, pero nadie podía negar que tenía razón.

─ Sus alas están mejorando mucho ─ dijo Natsu con una sonrisa en el rostro.

─ Pronto podrá volar de nuevo, y nosotros lo acompañaremos ─ Todos rieron al unísono, dejando atrás ese pequeño momento de inseguridad y miedo que habían tenido.

Nada sería fácil, pero ellos estaban dispuestos a recorrer ese camino para acompañar a Kageyama.

─ Por cierto Daichi... ─ Yamaguchi habló una vez las risas menguaron ─. Escuché que habría una reunión con los otros clanes, ¿es cierto?

Daichi soltó un suspiro cansado, cerró sus ojos y cruzó los brazos mientras gruñía de manera leve.

─ Sí, quieren saber si los humanos representan una amenaza de nuevo para todos, pero estoy seguro que quieren hablar sobre el regreso de Kageyama ─. Daichi negó mientras fruncía su ceño. Hace mucho tiempo no había tenido una razón para hablar con los jefes de los demás clanes, pero ahora todos querían tener una reunión y hablar sobre lo que pasó hace unas semanas.

Bajo el calor de tus alas [Kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora