«De vuelta a Manhattan»Esa era mi misión ahora. Tras pasar cinco años en una misión encubierta en Rusia, conseguí lograr mi objetivo; acabar con el imperio de la familia Volkov.
Conocido por la red de narcotráfico más grande de todo el continente asiático desde hace más de treinta años. Su fama se detallaba en la venta ilegal de armas y otro tipo de sustancias, por las que desde políticos corruptos o mercenarios pagaban millones. Haciéndoles el objetivo más complicado de irrumpir.Acercarme a la familia fue lo más complicado de todo, tuve que planearlo con todo lujo de detalles diez meses antes, con además un plan B por si el primero no funcionaba. Gracias a una de mis fuentes más fiables Andrey Volkov, el más pequeño de la familia —de 20 años—, haría una fiesta donde acudiría todo tipo de personas a una de las numerosas casas de la familia. Lo sencillo fue encontrarla, conté con la suerte de que Dmitri Rühr me debía un gran favor por haberle salvado la vida de unos mercenarios un año atrás, así que sabiendo que probablemente el sería invitado a la fiesta del hijo caprichoso de Vladímir Volkov —el patriarca de la familia—, fui con el. Consiguiendo acercarme a Andrey y manipulándolo suavemente para que se interesara en mí.
Y tras eso todo lo demás fue siguiendo mi cuadriculado plan. Conseguí que una de las familias más fuertes tanto en vínculos familiares, como en dinero, se convirtiera en una disfuncional y se arruinara en tres años. Por no hablar que ahora el apellido Volkov es como el horrible recuerdo de un imperio y una familia que nunca más existirá.
Con una coleta bien hecha y repeinada, y un conjunto negro me fui al aeropuerto con mis maletas en mano.
«Sinceramente extrañaré el frío de Rusia» pensé nada más entrar en el avión y sentarme en mi asiento. Pero tengo cosas más importantes que hacer, que tomarme unas vacaciones.
Después de inspeccionar con la mirada a la gente de mi alrededor me tomé la libertad de cerrar los ojos hasta llegar a mi destino. Uno de las peores cosas que pude hacer. Nada más cerrar los ojos tenues sombras se inundaban en mi mente. El mismo hombre con el rostro borroso.
—Es ella— decía la sombra, con un grave tono que consiguió que mis vellos se erizaran.
Intento moverme pero estoy atada en una gruesa silla que consigue avivar todos mis nervios.
Gente murmuraba de fondo pero no podía reconocer a nadie, poniéndome aún más alerta. Todo en el sueño me parecía tan real como la vida misma, como si en verdad hubiera estado ahí.
—Es la primera de muchas, el...— continuó hablando el mismo hombre pero sin poder evitarlo abrí mis ojos.
Sin saber por qué mi frente estaba cubierta por una fina capa de sudor.El mismo sueño, repetido todos los días en los últimos seis años. Siempre se repetía lo mismo. Había veces que podía ver más cosas, y luego había otras que solo podía ver a un hombre con la cara borrosa, mientras que yo estaba atada a una silla, amarrada en mis muñecas, tobillos, cuello y frente.
—Señores pasajeros, nos encontramos próximos a aterrizar en el Aeropuerto de Nueva York Skyports, en la ciudad de Manhattan. Por favor abróchense los cinturones, enderecen sus mesas y pongan en posición vertical el respaldo de sus sillas— comunicó el capitán desde su puesto.
Tomé una profunda respiración. Porque aunque me haya enfrentado a las peores calañas de todas, volver a casa siempre consigue sacar esa parte sensible en mí, en la que no soy una asesina encubierto sin escrúpulos y calculadora.
Y con las maletas en mis manos bajo por las escaleras del aeropuerto pensando qué decir tras tres años sin habernos visto.
—¿Hola? No, eso es muy simple— suspiré, —¿Cuánto tiempo? No, demasiado obvio.
Le mandé a mi hermana un mensaje ayer desde un número desconocido en el que aclaraba que era yo, en donde le preguntaba si era tan amable de recogerme en el aeropuerto hoy a esta misma hora.
Llegando al final de las escaleras, volteé mi cabeza hacia todas las direcciones posibles, pero no estaba.Suspiré, —De vuelta en casa— murmuré, saliendo del aeropuerto y haciendo lo que siempre se me ha dado mejor hacer, buscarme la vida y apañármelas sola.
En el borde de la carretera llamé a un taxi y tras insistir por varios minutos, uno se animó a atenderme. —¿Adónde quiere ir?— me preguntó el taxista.
—A la torre Stark.
El hombre comenzó a reírse, —Señorita, de verdad no diga tonterías.
Seria, le pregunté —: ¿Qué tiene de divertido lo que he dicho?
Cogió aire como si fuera una necia, —Bueno, la torre fue destruida, y además, ¿qué harías tu ahí?
—¿Dónde se localizan ahora a los vengadores?— mi tono era persistente, pero el cansancio del señor me hacía competencia. Por sus gesto veía que estaba cansado por mis preguntas y se estaba poniendo de mal humor, pero necesitaba saber, dónde encontrarlos.
—Lo llaman El Centro de los Nuevos Vengadores, no está muy lejos de aquí— dijo a regañadientes.
¿Nuevos vengadores? Desde mi ida, era obvio que habían ocurrido muchas cosas de las que no estaba al corriente. Una parte de mi estaba aterrada por si a alguno de ellos le había pasado algo, pero si así fuera hubiera retumbado por todo el mundo hasta llegar a mis oídos.
—Lléveme para allá.Y con un sentimiento de preocupación, emoción y nostalgia pensé en mi familia, en Natasha. La única persona que me queda en este maldito planeta.
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Nota de la autora:
Bienvenidos a esta nueva historia <3
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THE COVER
General FictionLos dos son letales. Todos prefieren tenerlos de su lado. Ella es orgullosa. El es cabezota. Ambos tienen una misión, ¿pero serán capaces de cumplirla? Fecha en la que empezó la historia: 7/6/21 Fecha en la que se terminó: - ACLARACIÓN: Esta histori...