Estaba plantada frente a la nueva base de los Vengadores, con mis maletas rodeándome. No había nadie fuera del lugar y ni siquiera tenía idea de por qué puerta entrar.
—Venga Cloe, has podido enfrentarte a narcotraficantes, esto no es nada— me susurré para mis adentros.
La razón de mi nerviosismo era tan clara como el agua, y era que antes de subirme al avión para irme a Rusia, no me dio tiempo para despedirme de mi hermana. Por no mencionar a los demás... Así que, sí, me largué por tres años sin despedirme y sin dar ningún indicio de vida.Tomé un suspiro y sin dudarlo entré por la puerta de la derecha. Agarré el pomo y empecé a empujar para dentro y fuera intentando abrirla, pero era imposible. Di un paso atrás para inspeccionar la puerta y me fijé que había una pantalla negra que decía «Error. Tus huellas no han sido identificadas.»
—Esto es nuevo— susurré, andando hacia la otra puerta.
Intenté abrirla pero tampoco pude y en la pantalla de su lado derecho ponía la misma frase de color rojo. Estresada mordí mi labio inferior, mientras que con mis maletas en mano rodeé el edificio.
«Bingo» pensé al ver como unos hombres con un uniforme que ponía: Mudanzas Perk, entraban al edificio por una enorme cochera que estaba abierta a vista de todos en el lugar.
Disimuladamente me camuflé entre algunas cajas que tenían que transportar y entré. Caminé hasta llegar a un largo pasillo que tenía pinta de haber sido decorado por Stark, vi unas escaleras y curiosa las subí. Tenían forma de caracol y al igual que el color de las paredes del pasillo era blanca. Me sentía como en una de mis misiones, interceptando la zona y vigilando por si algún blanco se aproximaba. Subí a lo más alto de las escaleras y escuché unas voces aproximarse.
—Señor, Friday ha comunicado que han intentado entrar en la zona— dijo un hombre.
—Habrán sido alguno de las mudanzas, les tengo dicho que ellos deben de entrar sólo por la cochera— dijo Stark con un tono somnoliento.
Sonreí, hacía tiempo que no escuchaba la voz de ese multimillonario ególatra.
Antes de que pudiera verme e intentando que ninguna cámara de seguridad me interceptase entré al primer cuarto que vi y cerré la puerta. Con el oído pegado a la puerta escuché como se alejaban y me tomé la libertad de soltar varias carcajadas. «Esto es demasiado fácil»
Me giré, apoyando mi espalda sobre la puerta y el susto que me llevé no fue pequeño. Steve Rogers, alias el Capitán América, estaba frente a mi, y parecía no reconocerme, pero quién soy yo para culparle, la última vez que nos vimos fue hace tres años y no es que nos cruzáramos mucho. Su rostro era bastante serio, sus ojos azules me juzgaban de arriba abajo, sus musculosos brazos estaban cruzados sobre su pecho y su pelo estaba algo húmedo. «Mierda»
Bajó su mirada hasta mis maletas y un ápice de confusión nubló sus ojos, —Te vas por donde has venido, niña.
Sabía que esto pasaría. —Steve, no tenemos porque empezar así— sonreí con burla por esta ridícula situación.
—¿Cómo que Steve? ¿Quién narices eres?
Mi sonrisa aumentó. No iba a arruinar la sorpresa tan pronto, prefería darle misterio a la situación y también divertirme.
—Digamos que soy alguien que sabe todo de ti— dije sonando lo más convincente posible.
—Estás en un grave problema, niña— su tono era grave y cabreado. ¿Me arrepentiría de este juego? ¿Quién sabe? Siempre me había gustado molestar a la gente y sorprenderlos.
Sin esperármelo dijo en el aire —Friday activa el código de seguridad.
—¿Qué dices?— me burlé. Pero tan rápido como lo dije unas persianas metálicas bajaron en la habitación, unas luces amarillentas se encendieron y escuché como los pasos se incrementaban.
«Que buen día para llevar equipaje encima» pensé irónicamente.
Steve abrió la puerta y antes de que me sujetara solté mis cosas y me alejé de él mientras intentaba contener mi risa.—Código de seguridad activado. Todas las ventanas y puertas que lleven al exterior están bloqueadas— dijo una voz electrónica por todo el edificio.
Escuché como unos pasos se acercaban hacia mí. Aprovechando que esta base era enorme y les tomaría un rato encontrarme bajé por las escaleras ágilmente sin importarme qué me vieran las cámaras y sin pensarlo dos veces entré por una gran puerta, en donde, me acogía Natasha apuntándome con un arma.
—Yo también te he echado de menos, hermana.
Su rostro pasó de tenso a uno de confusión, —¿Cloe?
Sonreí a modo de asentimiento.
—Friday desactiva el código de seguridad— dijo al aire.—Código de seguridad desactivado. Todas las ventanas y puertas que comuniquen con el exterior serán desbloqueadas— dijo el aparato por uno de los altavoces instalados en el techo.
En menos de un minuto todos los Vengadores que estaban en el edificio me rodearon y todo el sistema de seguridad se había desconectado por completo.
—No puede ser— murmuró Stark nada más verme.
—¿Tú crees?— me burlé.
—¿Qué está pasando? Es peligrosa debemos...— demandó Steve indignado ante su desinformación.
—Capipaleta no empieces— le interrumpió Stark sin quitarme un ojo de encima.
—Estás viva— dijo mi hermana, pero sonaba más como una pregunta, —¿Por qué... por qué no me llamaste?
Aún podía ver de reojo la confusión del rubio, —Steve no te pongas así, soy Cloe, Cloe Romanova.
Los ojos del soldado se abrieron de golpe, como si se hubiera acordado de repente de mí.
—Tasha, sabes que te hubiera puesto en peligro si te hubiera hecho un llamada o mandado un mensaje. Tomé esa decisión para que nadie te relacionara conmigo— le dije a mi hermana.
Natasha guardó de una vez su pistola en su traje y vi como una lágrima se caía por su mejilla, removiendo mi parte sensible. Porque sí, ella es mi única debilidad. Mi hermana. Natasha Romanova.
—No llores— le susurré mientras la envolvía en un cálido abrazo. Uno que anhelaba dar durante tres gélidos años.Cuando nos separamos del abrazo nos sentamos en el sofá y nadie me quitó la mirada de encima.
Bruce, Tony, Steve, Natasha y Clint. Mirándome como si trataran de estudiar cada parte de mí.
Carraspeé y tragué en seco, —Esto es algo incómodo.
Todos pararon de analizarme y Bruce fue el primero en hablar. —Furia nos contó que estabas en una misión lejos de aquí, pero nunca se atrevió a decirnos nada más.
La sala se sumió en un silencio tras eso. Con pesadez tomé una bocanada de aire, —Estuve en Rusia.
—Merecemos más información— demandó Steve.
Le miré incrédula, —¿En serio, Rogers? Hace menos de veinte minutos no sabías ni quién era.
Steve se molestó por mi respuesta y cerró la boca.
—Venga, no te pongas así. Sabéis todo que no puedo contaros todo lo que pasó. Gad jets del oficio.
—Pero si nos puedes contar quién era tu objetivo, y más cuando estás entre confianza— añadió Clint.
Le dediqué una mirada cansada, —Sólo lo diré porqué sé que seguiréis insistiendo, mi objetivo era el Imperio Volkov.
—Espera...— murmuró Natasha en voz baja, —¿Fuiste tu la causante de la muerte de Vladímir Volkov?— preguntó con una pizca de asombro.
—Tal vez... Sólo me hizo falta mover algunos hilos y ¡pum! Lo demás lo hicieron todo ellos solos.
Todos guardaron silencio por unos segundos, sin duda esto estaba siendo algo incómodo.
—¿Eres una asesina?— balbuceó Bruce, y mi hermana se volteó hacia el fulminándole con la mirada.
—Prefiero el término agente especial de S.H.I.E.L.D.
Stark se giró hacia el científico, —¿No sabías que era una agente?
Bruce tartamudeó un poco —: No lo llegué a pensar.
Sonreí ante su inocencia.——————————————————————
Nota de autora:
¿Qué pensáis de Cloe? ¿Os cae bien? ¿Mal?
Espero que os esté gustando la historia <3
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THE COVER
General FictionLos dos son letales. Todos prefieren tenerlos de su lado. Ella es orgullosa. El es cabezota. Ambos tienen una misión, ¿pero serán capaces de cumplirla? Fecha en la que empezó la historia: 7/6/21 Fecha en la que se terminó: - ACLARACIÓN: Esta histori...