⛓🔗Nails🔗⛓4/?

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En su rincón, Gigi abrazaba sus rodillas temblorosas contra su pecho, sintiéndose un poco mas segura de aquel modo. A los ojos de la otra mujer, era una escena bastante linda.

La de cabellos dorados tomó el valor para dirigirle la palabra a aquella persona que la miraba de brazos cruzados desde la puerta.

—¿Quién eres y que es lo que deseas? -exigió molesta, pero no lo suficiente como para contagiarle su sentimiento a la otra.

El silencio perduró en la habitación antes de que la desconocida comenzara a caminar hacia la estudiante indefensa.
Gigi no quería mirar, escuchar el sonido de los tacones acercarse con lentitud era mas que suficiente para acelerar su respiración.

Se encontró frente a frente con la extraña. Aunque sus ojos se posaran sobre ella, lo único que podía observar era la oscura silueta que la superaba en tamaño al estar en posición fetal.

Con el pequeño "click" proveniente de un interruptor, la luz invadió el cuarto en tan solo un instante, dejando a la vista a la persona frente a la niña.
Se trataba de una chica al parecer un par de años mayor a Gigi, de bonitas ondas pelirrojas y maquillaje extravagante.

Ella se agachó para estar a la altura de la otra.
—Soy Crystal. -contó seriamente mientras extendía su mano —Estás atada, lo olvidaba -retiró su mano al recordar que Gigi no podía estrecharla y rió suavemente como si en verdad fuera algo cómico.

La menor solo miraba a la chica con ojos confusos, no la conocía y realmente quería saber de que se trataba todo eso.
—Mira, lo siento. Creo que esto ha sido una equivocación y me has confundido con otra persona -Gigi miró el suelo, esperando tener suerte y poder salir de la situación, pero no la tuvo.

—Tú eres Gigi Goode, ¿Verdad? - aunque la pelirroja sabía con certeza quien era la chica frente a sus ojos, hizo la obvia pregunta.
Como respuesta obtuvo un pequeño asentamiento por parte de la chica —Entonces no hay equivocación, tu eres a quien quiero.-

—¿Pero por qué? No he hecho nada malo, siempre trato con respeto a todo el mundo. -

—¿Acaso no sabes quien soy? -
La niña negó con su cabeza, causando que la sonrisa en el rostro de Crystal se desvaneciera —Oh, entiendo... -

Crystal aclaró su garganta, algo avergonzada como si hubiera hecho la pregunta mas tonta del mundo.
—Tu uniforme está destrozado, hay que cambiarlo por ropa limpia. - dijo la mayor evadiendo la mirada de su acompañante.

—Prefiero permanecer así, me siento mas cómoda. -

—No fue una pregunta. - el aura "amable" de la chica se volvió amenazante en un abrir y cerrar de ojos, causando escalofríos en la estudiante.

—Bien. -cedió al fin tragando en seco.

Con la ayuda de sus dos manos, Crystal levantó a Gigi, quien hace unos pocos segundos temblaba en el suelo.
La mas alta sintió la necesidad de reclamar cuando las manos ajenas la presionaron contra Crystal, pero por seguridad prefirió callar.
—Dejé algo de ropa limpia en el baño, ve a ducharte. -




















...

















Gigi observaba el agua calma de la bañera, era tibia y relajante, pero no debía bajar la guardia.
Los coloridos azulejos rojo y azul en la pared eran muy bonitos, todo estaba en perfecto orden y limpieza.

Al salir de la bañera, la rubia se envolvió en una toalla limpia. Necesitaba un plan, y rápido.

Se vistió con la ropa que Crystal le había ofrecido a gran velocidad una vez que tuvo su brillante idea: escapar por la ventana. Estaba a una buena altura, pero con esfuerzo lo conseguiría.






















...
























Después de varios intentos, la niña pudo escalar uno de los muebles, así quedando junto a la dichosa ventana.

— Te tardas. -se oyó a una impaciente Crystal del otro lado de la puerta.

—Casi acabo. -
Con sus manos temblorosas, la chica abrió aquella ventana ¡Por fin lo había logrado, por fin pudo dar con...! Una reja metálica.
—Debe ser una maldita br- -no comprendió cuando ni porqué, pero Gigi resbaló, provocando una caída y un gran alboroto.

—¿Pero que...? Debí suponer que intentarías cometer alguna estupidez -la pelirroja irrumpió en el baño con molestia en su tono.

—¡Solo me caí! -se quejó la otra —Lo siento. -

—No, fue mi culpa. No debí liberarte y dejarte sola - dijo irritada —La próxima vez tendré que acompañarte o dejarte atada. -

Gigi le regaló una mirada de desaprobación, no deseaba que una extraña estuviera allí como si nada a la hora de ducharse, y estar atada mientras lo hacía no era una opción segura.
—... -palmeó su rodilla algo preocupada por la nueva herida que la caída le había provocado.

—Eso se ve mal -opinó la otra señalando el raspón —Voy a curarlo. - la rubia se levantó del frío suelo, rechazando la ayuda de Crystal cuando esta le extendió su mano, pero esta ignoró a la niña y la tomó de todas formas.

—Sígueme. -ordenó.
Gigi soltó un pesado suspiro al sentir como sus manos volvían a ser unidas a través de una cuerda.



























...




















—Ya está. -Crystal retiró el algodón con el que desinfectaba las heridas de su acompañante.
Por otro lado, la pequeña Gigi se encontraba en un momento de confusión: ¿Por qué se preocupaba por su salud? ¿Acaso eso significaba que no iba a herirla en un futuro? Aunque actuara de forma mas amable y compasiva de lo que esperaría de alguien como ella, no debía olvidar que aquella mujer era la única causante de su estado actual, por mas amable que fuera no debía confiarse.
—Gracias... -

—¿Te gustaría comer algo? Muero de hambre. -
A penas le formuló esta pregunta, la rubia sintió su estómago gruñír, haciéndoselo saber con repetidos asentimientos de cabeza

—Bien, iré a prerar algo. -contó para finalmente caminar rumbo a la cocina, desapareciendo en la puerta azul marino que la guiaría hacía ella.

Gigi soltó un suspiro, sintiéndose mas tranquila al estar sin la otra presencia junto a ella.
Al estar sola al fin, se tomó el tiempo de observar su alrededor, sabía que pensar en cualquier otra cosa la haría sentir peor.
La sala de estar en la que estaba ubicada era colorida y luminosa, con paredes de tonos intensos y cuadros abstractos. Cada rincón del cuarto era único y totalmente fascinante, desde el sofá moderno hasta las estanterías con jarrones geométricos.

Pareció haberse entretenido bastante, porque cuando se dio cuenta, Crystal había vuelto con dos envases de fideos instantáneos, los cuales dejó sobre la mesa.

—Yo...¿Como se supone que comeré con esto? -preguntó mostrándole sus manos atadas.

—Así -Crystal sostuvo una buena cantidad de fideos con sus palillos chinos y los acercó a la boca de Gigi, quien inmediatamente retrocedió —Abre la boca. -

—¿Sabes? Ya no tengo hambre. -

—Oh, en ese caso te llevaré al cuarto, es tarde. -

Las dos chicas se levantaron de sus respectivos asientos y se dirigieron a aquella oscura habitación en completo silencio, una vez dentro, la pelirroja se retiró, dejando completamente sola a Gigi. Esta se recostó en la incómoda cama vieja lista para dormir un solo rato.
Aunque no quería relajarse demasiado en aquel lugar su cuerpo necesitaba su merecido descanso, por lo que acabó por caer en un profundo sueño.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2021 ⏰

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