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S.COUPS ha empezado una transmisión en vivo. ¡Mírala antes de que termine!

El celular de Seungkwan murió inmediatamente después de aquella notificación, casi como si sólo hubiera estado esperando esa señal para poder desistir en la batalla por mantener ese 1% de batería aún funcional.

—¡Préstame tu teléfono! —exigió a Hansol, su mejor amigo.

—¿Qué? ¿Por qué? —indagó con tono de reproche, sin embargo no dudó en entregarle el aparato al mayor.

Seungkwan sonrió feliz y se dejó caer sobre el pasto, sin importarle si ensuciaba toda su ropa de lodo.

—Porque mi Cheollie está en directo —explicó mientras entraba a la aplicación que el de rasgos mixtos únicamente mantenía en su celular por su culpa.

—Pero Jun dijo que ambos teníamos que cuidar a Chan, no sólo yo —alegó Hansol mientras veía a lo lejos al pequeño de ocho años revolcarse en la caja de arena del parque en el que estaban tratando de encontrar lo-que-sea-que-se-le-había-caído-ahí-dentro.

—Jun puede cuidarlo sólo —contraatacó el de cabello rubio medio distraido. Hansol lo miró indignado y se levantó de su lugar.

—No puede porque no está aquí. Se fue hace 10 minutos, ¿que no lo viste despidiéndose? —el menor le arrebató el celular de pronto.

—¡No, devuélvemelo! Hace un mes entero que S.COUPS no hacía un live, tengo que verlo —reprochó Seungkwan persiguiendo a su amigo, que empezó una carrera apenas se hizo con el dispositivo.

—Te lo devuelvo si prometes cuidar a Chan conmigo y no distraerte.

—Pero... —Seungkwan se calló de inmediato al ver la mirada amenazante de su amigo. —Ugh, te odio —tomó en celular en sus manos una vez más.

"si alguien ve esto mandeme la grabacion del liveee
mi número es..."

—Eso no se ve muy seguro —mencionó Hansol observando desde atrás del rubio cómo dejaba su número de celular en el chat en vivo.

—¡No me dejaste opciones! No se pueden ver repeticiones en esta tonta aplicación —se quejó.

Hansol se rió ante el puchero. —No te enojes, te van a salir arrugas —dijo situando su dedo en el entrecejo del otro logrando así relajarlo.

Seungkwan suspiró y se dejó arrastrar hasta la caja de arena, rogando que esta no se le pegara en todas partes.

—¡Será divertido! —exclamó de nuevo Hansol.

!live / gyuboo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora