𝑭𝑨𝑽𝑶𝑹𝑰𝑻𝑬 𝑪𝑹𝑰𝑴𝑬 || Gojo Satoru x fem reader.

Run.

—¿verte morir? No pienso verte morir, niña tonta.— dijo la maldición completamente enojado y confundido por las palabras que su amiga había dicho. Mismo sentimiento lo compartía con Nanami.

—tranquilos, no moriré, pero fingiré que sí. Simplemente, confíen en mi y cuando les pida que corran quiero que lo hagan. Sukuna, quiero que cuides a Nanami y quiero que ambos se escondan. Tengo una casa bajo una montaña a las afueras de Tokio, nadie sabe de ella, incluso Gojo no lo sabe. Estaremos seguros ahí.
Sukuna, solo debes seguir el mismo camino que recorrimos juntos aquella noche en el jardín de flores.— ducho aquello la fémina dejó un pequeño beso en la frente de su amigo y se acercó hasta Nanami para abrazarlo con fuerza y luego depositar un pequeño beso en su mejilla.

—los veré pronto, lo prometo.—

Desactivó su dominio, posicionándose frente a los dos hombres para atacar con todo lo que tenía.

La rabia recorría su cuerpo, todos los recuerdos con Gojo atravesaban su corazón como dagas, inspirándola a tiras con más odio cada ataque que daba, debía darlo todo para deshacerse de los blancos que pudieran seguir a Sukuna y Nanami, luego de que ellos estuvieran fuera del campo se entregaría para dar su vida a cambio de la de ellos.

La pelea fue ardua, pero llegó ese momento, ese momento en el que sus chicos debían huir y dejarla atrás, ese momento en el que ambos podrían esconderse y ella por fin estaría tranquila sabiendo que ambos están a salvo. Mucho mejor, ese momento fue perfecto, pudo despedirse a su manera de ellos y sabía que ambos también lo habían hecho de ella.

—¡Hashiru!— gritó con todas sus fuerzas, sonriendo al ver que de forma inmediata sukuna cargó sobre su hombro a Nanami y desapareció entre los árboles, ella se encargó de exterminar a quienes siquiera tratasen de seguirlos o mirarlos.

—Venga, tómenme. Ofrezco mi cabeza con tal de que los dejen ir a ellos.—

Gojo palideció y detuvo sus ataques.

La chica se confundió muchísimo por aquella reacción.

Ambos estaban confundidos.

Él no esperaba que la chica diera su vida, eso no estaba en su plan, eso no estaba bien, ella debería ser la que estuviera huyendo a una nueva vida, lejos de él, lejos de todo lo que podría hacerle daño...

Esto no estaba bien.

Tan solo se escuchó un estruendoso grito.

Un alma en pena yacía sobre el pasto frente al cuerpo de la persona que amaba.