Luego de un año y medio tratando de convencer a Gojo que le permita ver a Sukuna, por fin lo había conseguido.Ya iba de camino a aquel bosque que ella y Gojo solían usar para practicar, ella estaba nerviosa por ver a su amigo luego de tanto, ¿y si no la recordaba? ¿Y su ahora era un viejo gordo y feo? ¿Y si... —Llegamos.—
Bien, ya no hay chance de pensar en algo.
La peli negra bajó del auto y se dirigió hasta donde una figura se divisaba, al verle se echó a reir.
—¡no puede ser! El gran Sukuna está atrapado el cuerpo de un adolescente.— sus carcajadas fueron intensas, incluso su estómago dolía a más no poder.
—Deberías callarte, niñata.— ahí estaba, era él.
Fue inevitable no correr directo a sus brazos y obligarlo a estar en un abrazo. Por más que la maldición pretendiera que odia a todos, que no siente compasión y que le da asco el afecto o siquiera que le tocasen, con ella era totalmente diferente, la quería y ella lo quería a él.
—Hey, no piensas robarme a mi novia ¿o sí?— mencionó el peliblanco a la par de una pequeña y cínica risa.
Sukuna lo vió con odio, ella tembló entre sus brazos, nunca había visto a Sukuna de esa forma, incluso podía sentir hervir sus venas del enojo, ¿por qué pasaba aquello?
—¿ya le has dicho a ella la verdad?— Gojo palideció.
—¿de qué verdad hablan?— preguntó una curiosa pelinegra.
Sukuna tan solo rió con rabia, tomando el pequeño cuerpo de la chica para ponerlo tras suyo. Esto olía mal.
—Venga, ¿y dices que nosotros somos los malos? Eres igual de desalmado que yo. Das puto asco, Gojo.—
El mencionado rió desde donde se encontraba, tomando luego una posición totalmente seria, de esto dependía su cabeza, su trabajo y su prestigio, definitivamente no debería cagarla.
—Mh, solo mencioné que tu linda amiga es mi hermosa novia, ¿acaso estás celoso?— la rabia se apoderó aún más de la maldición, por instinto la chica lo tomó del brazo para tratar de calmarlo, él solo le dedicó aquella mirada que decía un "lo lamento, es mi culpa".
Lo sabía puesto que hace años cuando ambos solían salir a practicar y ella se lastimaba él y su orgullo sólo podían dedicarle esa miradita.
Esto definitivamente estaba mal.
—No debías meterla a ella en este asunto. Eres un desalmado hijo de puta, ¿tan zorra fue tu madre como para que seas así de hijo de puta? Venga ya, hazme el puto favor, Satoru. ¿Tomarla y enamorarla? ¿Es en serio? Te faltan huevos, cabrón.—
Aquello dejó a la chica aturdida, no sabía que era lo que exactamente estaba pasando.
—no me hagas reír, Sukuna.— el hombre suspiró, en ese momento supo que debía terminar con su farsa.
—bueno, de una u otra forma tendrías que enterarme, mi querida T/N. Verás, te lo explicaré rápidamente antes de que lleguen los demás y podamos matarlos a ambos: te usé como carnada para poder conseguirlos a ambos y así poder tener sus cabezas de adorno en mi bonita mansión en la playa.—
Aquello destrozó a la chica, pero no pensaba derramar ni una sola lagrima por él hombre.
Salió de su escondite tras la espalda de Sukuna y fue directo a encarar al peliblaco, dándole una buena patada en los genitales.—¿desde cuando, idiota?—
—Mh, yo fui quien te obligó a huir toda tu vida, fui yo quien puso precio y adivina que... fui yo quien se llevó a tu amado Nanami.— lo último lo susurró en su oído. Su cuerpo dejó de funcionar, sus piernas temblaron y de sus ojos caían cascadas de lágrimas.
Gojo tenía mucho ego y valentía, ahora tenía a las maldiciones más poderosas hirviendo en odio y enojo.
Satoru sacó de su bolsillo una pequeña caja y de la entregó a la chica que estaba apunto de meterle un buen puñetazo.
—deberías usar tus últimos minutos para liberar a tu amado Nanami y despedirte de él. Hum, que buena escena será verlo destrozado mientras corto tu cabeza.—
La chica volvió rápidamente a donde Sukuna, él seguramente no sabía quién era Nanami pero tras años de conocer a la pequeña chica, pudo deducir que era importante, por sus ojos y acciones, incluso podría atreverse a decir que era más importante que él y todas las personas que ella conoció.
La chica dejó la pequeña caja en el piso y con ayuda de su maldición pudo abrirla. El hijo de puta de Gojo la diseñó para que solo ella la pudiese abrir.
Un destelló de luz la obligó a cerrar los ojos, pero de forma rápida se puso en alerta luego de sentir como un alto cuerpo se encontraba frente suyo.
Aquel aroma, aquel cuerpo, aquel lindo traje que ella hizo para él... Nanami estaba vivo.
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𝑭𝑨𝑽𝑶𝑹𝑰𝑻𝑬 𝑪𝑹𝑰𝑴𝑬 || Gojo Satoru x fem reader.
Historia Corta"Espero haber sido tu mejor crimen" ¡! Historia corta !¡ El arte de la portada no es de mi autoría. ¿Quieres llorar? Ven a leer.