camila es hija de un respetado político en estados unidos, ella había sido criada para ser buena esposa e hija, sus padres tenían su futuro planeado, pero todo cambiaría cuando llegara lauren a su vida y le enseñara que el mundo no era sólo a blanc...
camila había llegado a la clase hacia mas de media hora y no se porque aun no me atrevía a entregarle el pantalón que estaba perfectamente guardado en una pequeña caja de cartón que había tardado tanto en hacer la noche anterior, me sentí como una adolescente mis manos sudaban y en mi mente se planteaba si era buena idea entregársela o no
- el viernes mis padres se irán a New york, aun sigue en pie la invitación a comer? - su voz inundo el gran silencio que nos había atrapado a las dos
- claro que si - pase mis manos sobre mi cabello para después buscar la pequeña caja que descansaba detrás de mi - ayer cuando salí a comprar algunos materiales para las clases, compre algo para ti
- no debiste molestarte - su voz sonaba entre avergonzada y feliz, eso fue una buena señal para mi así que le coloque la caja en frente a ella
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de inmediato dejo lo que estaba haciendo y con suma delicadeza levanto la tapa revelando el interior de esta, así fue como tomó el pantalón entre sus finos dedos y lo extendió en el mantel que cuidaba nuestra piel para que no tuviera contacto con el pasto
- es muy lindo- sus ojos brillan de una manera tan linda que podía jurar que en ese momento el sol le tenían envidia por la hermosa luz que irradiaban esos orbes cafés - señorita lauren no debió molestarse, ademas no creo poder usarlo, no me dan permiso - escuche un poco de tristeza en su voz
- primero por favor llámame lauren - ella asintió y luego me regalo una hermosa sonrisa - y segundo tus padres no tienen porque enterarse, puedes usarlos cuando ellos no estén en casa, te aseguro que sera un secreto entre las dos
- gracias, muchas gracias - ella se lanzo abrazarme y por la fuerza caí hacia atrás, ella descansaba arriba de mi, su cabello bajaba por sus hombros hasta caer suavemente hasta mi cara. Desde ahí podía sentir el aroma de rosas que emanaba de este, sus mejillas se tiñeron de un hermoso tono color rosa, sus labios entre abierta y su respiración agitada era una invitación a mis labios para que la besara, así que coloque una de mis manos en su cadera y con la otra tomaba su mentón para que me mirara
- eres hermosa - sus ojos nunca dejaron de mirarme, así que suspire un poco despacio y me acerque lentamente hasta rozar sus labios, ella corto el resto de distancia y nos besamos, no movimos nuestros labios, solo quedaron ahí sintiéndonos la una a la otra , mi corazón latía a mil por horas, mis manos temblaban un poco todo todo se sintió como un sueño hasta que ella se separó de mi dejándome un gran vacío
- esto no está bien, lo siento - ella Se fue corriendo dejándome ahí con un mal sabor de boca, por un lado estaba feliz y por el otro me maldecía internamente por haberme atrevido hacer eso. Lo había jodido y si ahora me alejaba de ella ?, que iba a pasar ?.
