capitulo 31

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Camila

Mi mente trabajaba a mil por hora no descansaba un solo segundo, me sentía agotada pero no podía parar, debía buscar la manera de escaparme junto a Lauren de todo esto, no podía rendirme tan fácil, tan solo pensar que en un par de horas iba a ser la esposa de ese desagradable tipo se revolvía todo dentro de mi y las ganas de vomitar se hacían presenté, no toleraba su presencia, su voz, su rostro, no toleraba nada que tuviera que ver con el.

- ¿Que haces ahí parada?, Ves a tu habitación con normani para que te ayude a probar el vestido - mire a mi madre y en sus ojos no se notaba ni una pizca de remordimiento por lo que estaba haciendo, solo estaban llenos de prepotencia, arrogancia y avaricia de verdad no  entienda como una madre permitía que su hija sufriera tanto y no hacer nada al respecto

- como órdenes - fue lo único que atiné a decir antes de irme a mi habitación junto con la castaña.
Cuando ya estábamos ahí cerré la puerta y me dispuse a quitarme cada una de las prendas que tenía ese día quedando solo en ropa interior

- lo siento tanto - escuché que susurraba ella mientras se acercaba con un vestido blanco hacía mi - de verdad que todas estamos intentado hacer algo para impedir todo esto

- lo se - dije alzándo los brazos permitiendo que el traje entrara en mi cuerpo - le he dado tantas vueltas a este asunto, pero aún no se me ocurre nada - camine decida hacía el espejo y pude ver mi reflejo, el vestido era hermoso, tenía pequeños detalles de encaje en el escote, era algo justo de la cintura pero se delizaba con gracia por mis caderas y piernas hasta llegar a mis pies

- te quedó hermoso - la voz se sinu inundó la habitación haciendo que mi ritmo cardíaco aumentará por el enojo que crecía cada vez dentro de mi

- LÁRGATE - grite con todas mis fuerzas mientras varias lágrimas empezaban a bajar por mis ojos - NO QUIERO VERTE O ESCUCHARTE, no quiero tener nada que ver con alguien como tú, hipócrita, mala madre, eres una basura igual que Alejandro, los odió - no se inmutó por ninguna de las palabras que dije, solo coloco una sonrisa burlona en su rostro

- Normani vamos, como la señorita quiere estar sola vamos a darle ese gusto -  dijo tomando a mi amiga por su brazo y tirándola hacía fuera de la habitación - te quedarás aquí hasta que sea la hora de que tú padre te lleve al altar y no vas a comer nada y si tienes sed toma agua del baño - cerró la puerta un fuerte azote que sacudió algunos cuadros que descansaban en mi pared y por primera vez en ese día me permiti quebrarme, llorar y gritar hasta sentir como se desgarraba mi garganta.
Estaba perdida, estaba asustada,estaba enojada con mis padres, conmigo misma, con la vida, porque todo se estaba derrumbando frente a mis ojos y no podía hacer nada para evitarlo.

Mi dulce pecado (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora