Traidor

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Llorando en esa habitación con luces tenues, así quizás no se distinga mi pena profunda, esa de la cual fuiste el maldito causante.
Clavaste en mí este dolor, como sí lo fuera a merecer, ni siquiera tuviste el valor de disculparte, después de ti, entendí que nada jamás es justo.
¿Será que sí tiño mi cabello de negro de alguna manera eso cambiaría como me siento?
¿Nuevamente te fijarías en mí?
Ya que cuando era castaño, solo fui un juego para ti, disculpas falsas era lo único con lo que alimentabas este agonizante amor.
Ese chico castaño inocente de veintidós, fue él ingenuo que se enamoró de ti, quizás para ti fue divertido, poner mis sentimientos de cabeza, jugando tú macababro ajedrez, aunque siendo honestos, estábamos llegando al borde de la paranoía.
¿De qué sirvió amarte tanto? Para luego traicionarme.
Yo te dí mis mejores días, cuando tú solo me dabas tus dias sobrantes, escenas de pésima actuación fueron suficientes para darme cuenta de que eras un traidor.

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