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Mientras daba vueltas en la pista pensaba en que hacer con Win, necesitaba hablar nuevamente con el, necesitaba verlo a solas, solo así el me diría la verdad, porque aún no podía creer en nada de lo que me había dicho sobre su venganza, sabía que Nani no me ayudaría con eso, nunca traicionaría a su amigo y no quería hacerlo, pero solo me quedaba una persona a la que acudir para ello, aunque también sabía que no debía, era la única persona que podía ayudarme.

—Hola, ¿quién habla? —escuche del otro lado del teléfono.

—Eh hola... hola soy Bright —respondí nervioso.

—Oooh dios mi cuñado el travieso, ¿cómo estas querido? —cuestionó la hermana de Win alegre—. Hace semanas no se de ustedes.

—Lo siento, es que tuve unas carreras en Italia —respondí—. ¿Cómo esta la bebé?

—Todavia en mi panza, no quiere salir a conocer a su madre aún.

—¿Ya falta poco cierto?

—Si, solo unas semanas.

—Es bueno escucharlo.

—Suenas extraño cuñado.

—Lo sé, es que... —pronuncié dudando—. Escucha cuñada se que no debería hacerlo y menos por tu embarazo, pero de verdad necesitó tu ayuda.

—¿Qué sucede Bright?

—Es sobre Win.

—Dime.

No quería involucrarla, pero no me quedaba otra opción, si había una persona en el mundo que podía ayudarme a hablar con Win era ella, entonces tuve que contarle todo lo que sucedió.

—No te preocupes querido, Win hablará contigo —me aseguró—. Ese mocoso nos tendrá que dar muchas explicaciones.

—Gracias de verdad te lo agradezco, se que tú eres la única que podría lograr eso.

—No te preocupes Bright y ten tu teléfono a mano.

—Así será, gracias.

—Nos vemos querido.

Sabía que no debía recurrir a ella, pero era la única que podía ayudarme.
Otro día pasó después de esa llamada, y solo quedaban tres para la carrera, el auto estaba bien, el equipo también, lo único que estaba mal era yo, pero esperaba con ansias la llamada de la hermana de Win.

—Bright —dijo mi tío al teléfono—. El capitán volvió a llamarme, me dijo que necesita vernos.

—Esta bien, voy hacia allá.

Cuando llegue a la estación mí tío ya me esperaba con el capitán en su oficina.

—¡Siento llegar tarde! —exclame sentándome.

—No se preocupe señor Vachirawit, tengo buenas noticias para ustedes.

—Díganos entonces.

—Convencimos al hombre que saboteo sus autos, nos va a entregar a su jefe.

—¿Eso quiere decir que descubrieron quién es? —cuestionó mi tío.

—Así es señor Kik, esperamos pronto tenderle una trampa —respondió serio el capitán—. No podemos solo confiar en la palabra de ese criminal contra alguien como el.

—Lo entiendo.

—¿Puede decirnos quién es? —cuestioné entonces.

—Como lo supuso hace dias el señor Kik, el hombre que ha pagado para sabotear sus autos es el que intento ser su sponsor el año pasado el señor Ishikawa Plowden

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