minor // barcagamer

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I'm worried
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" ¿A dónde fuiste? Debería saberlo, pero hace frío y no quiero estar sola. Date prisa, estoy preocupada."

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El teléfono vibraba una y otra vez logrando que la menor se moviera en el pequeño sillón. Algo adormilada comenzó a buscarlo con su mano. Al tenerlo, abrió lentamente los ojos.

20 llamadas perdidas de mamá leyó en su mente haciendo que despertará por completo y logrando que se cayera del sillón soltando un pequeño quejido por la caída.

— Mierda. — soltó, sobando un poco su brazo por el golpe y tomando su teléfono para marcar a su madre.

Miró a su alrededor admirando que no estaba en su casa, ni en el departamento de Juan. Su cabeza le palpitaba y dolia, su vestido estaba chueco y tenía más mensajes de los ha recibido en todo el año.

Entro a contactos y marco el numero de su madre. Uno, dos, tres tonos y contestó.

— Te he estado marcando toda la noche y no contestas Ross González. — gritó logrando que la menor alejara su teléfono de la oreja. — Estas en serios problemas jovencita . Así que en 10 minutos llegaré a casa de Diego, te quiero lista porque ni de broma me bajaré del auto. — comentó su madre molesta colgando la llamada.

— Buenas tardes. — saludó el mayor bajando las escaleras llamando la atención de la menor que estaba más asustada que otra cosa. — ¿Todo bien? — preguntó Barca confundido al ver la mirada perdida de Ross.

— No recuerdo cómo llegué aquí. — exclamó asustada y pasando sus manos por sus cabellos.

— Bueno, yo te traje. Hasvik estaba hasta el huevo, tu tomaste un poco, algo que no pude impedir. Ya era muy noche así que decidí traerte aquí. Por cierto tu madre no tarda en llegar. — explica el castaño logrando que Ross recordara un poco de la noche.

— Gracias, ya recordé un poco. Aunque estoy segura que mamá me matará.— hizo una ligera mueca y soltó un suspiro frustrado.

— No puedo ayudarte con eso. — exclamó Barca algo burlón logrando un quejido por parte de Ross. — Te dije que si te tomabas ese vaso te meterías en problemas. — el castaño tomó asiento en el sillón y la menor imitó su acción.

— Gracias. — Ross inclina su cabeza dejándola en el hombro de Barca. — Debí hacerte caso, es solo que estaba muy metida en el ambiente y me deje llevar. Ahora mamá me querrá matar.— Barca abrazó a la menor, acariciando levemente su espalda.

— ¿Recuerdas esa vez qué te marqué en mi primera peda? — preguntó el mayor.

— Si, no entendía nada de lo que decías. Recuerdo que tu madre llegó a nuestra casa y preguntó por ti, todavia no me marcabas y no sabía de ti, pero no quería preocuparla y meterte en líos, así que le dije que te quedarías, pues íbamos a hacer una noche de videojuegos. Le di mil excusas del porque no podías verla. — soltó la menor con una tierna risa que fue acompañada por la de Barca.