14

1K 79 13
                                    

┏━━━━•❅•°•❈ •°•❅•━━━━┓
Bored
┗━━━━•❅•°•❈ •°•❅•━━━━┛

" Te doy todo lo que quieres y más. Te doy cada parte de mi. No quiero un amor que no puedo pagar, solo quiero que me ames gratis."

~♫︎ • ☏︎ • ✰ • ❀ • ~

Agosto 30, 2019

Las suaves manos de Ross temblaban mientras sostenía aquel molde con un pay de fresas adentro. Estaba nerviosa, a una sorpresa más de dejarlo todo y correr hacia su habitación y encerrarse.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar en las personas que vería en unos momentos. Tenía que controlar su respiración, al igual que todas aquellas ideas negativas sobre su encuentro.

Han pasado casi dos semanas desde la última vez que vió a Diego. Había tenido muy poca comunicación con el en los últimos días, pues al parecer ambos se evitaban entre si.

Era sorprendente para Ross el ver cómo la amistad de hace años se derrumbaba poco a poco por razones algo estúpidas. Tenía esperanzas de que está noche sea diferente, pero su mente creaba cada escenario pensando lo peor que podría suceder.

Ross no pudo negarse a aquella propuesta que le hizo su madre. Había algunos invitados especiales para ella, toda la familia Balsa. Elena le había marcado a Grace para comentarle que se encontraban en la ciudad y que deberían de verse en la casa de Diego.

Su madre no dudo en aceptar dicha oferta, extrañaba a su amiga, y necesitaba un respiro de tanto trabajo. Cuando Ross regreso de la escuela, Grace le comentó sobre aquella noticia y la castaña al inicio se encontraba emocionada por ello, había extrañado demasiado a su otra familia y tenía tantas ansias de verlos de nuevo.

Así fue hasta que durante el camino la mente de la adolescente comenzó a crear terribles escenarios, causándole el mayor nerviosismo a Ross.

Ahora el auto de Grace se encontraba enfrente de la hermosa casa del mayor de los Balsa. Ross estaba a nada de tener un ataque de pánico y tirarse a llorar o vomitar lo que comió durante el almuerzo.

— Es hora cariño. — Grace pasa una mano por la espalda de su hija dando ánimos para salir del automóvil.

— No creo que pueda con ello. — la voz temblorosa de la chica llamó la atención de su madre, tomándola por sorpresa.

— ¿Qué pasó? Estabas muy de acuerdo al irnos de la casa.

La mayor no dudo en abrazar a su hija y brindarle apoyo. Ella trataba de comprender la mente de su hija y ponerse en su lugar. Para muchos es difícil lidiar con este tema llamado ansiedad social.

Grace tenía muy claro que no podía presionar a Ross a hacer algo que ella no quería. Sabía que la castaña había recordado algo que la hizo dudar sobre está noche.

— Esto es tan complicado, me siento tan nerviosa, mis manos me tiemblan, tengo una necesidad de querer llorar, me da pánico que ellos digan algo de mi, que las cosas salgan muy mal. Quiero entrar pero me da tanto miedo.

— Ross, llevo dieciséis años a tu lado y en ningún momento te he obligado a hacer algo que te aterre. Si no deseas entrar, está bien. Diremos que tuvimos un inconveniente y nos iremos. Pero debes tener muy claro que yo estaré aquí a tu lado. No estarás sola cariño.

minor // barcagamer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora