Criaturas Mágicas de Harry Potter

Hombre lobo/Werewolf

Clasificación del MM: XXXXX

El hombre lobo (en inglés, Werewolf) es una criatura que sólo existe por un corto período de tiempo durante la luna llena. En cualquier otro momento, un hombre lobo es un humano normal. Sin embargo, el término hombre lobo es usado para tanto la criatura lobuna como el humano normal.

Un hombre lobo puede distinguirse de un lobo real físicamente por características muy pequeñas, como las pupilas, el hocico y la cola con mechones de pelo. Una persona se convierte en un hombre lobo al ser mordido por un hombre lobo en forma de lobo.

Una vez que esto ocurre, la persona debe aprender a vivir con su condición. La poción matalobos controla algunos de los efectos de esta condición, permitiéndole al afectado mantener su mente humana al estar en forma de lobo, evitando que dañe a otros. La poción sabe horrible y muy pocos están lo suficientemente calificados para beberla, y de acuerdo con Lupin, agregarle azúcar a la poción la hace inútil. No hay una cura conocida para los hombres lobo en el mundo mágico.

La mayoría de los hombres lobo viven aislados de la sociedad y roban comida para sobrevivir. Generalmente apoyan a Voldemort, quien piensan les dará una mejor vida. Sin embargo, esto no es sorprendente, ya que son rechazados por la comunidad mágica y son tanto odiados como temidos por brujas y magos comunes .

Remus Lupin es la única excepción a esto. Sólo se conocen tres hombres lobo en la serie Harry Potter: Lupin, Fenrir Greyback y un mago cuyo nombre no se conoce que estaba en la misma sala que Arthur Weasley en el Hospital San Mungo. Bill Weasley, que es atacado por Greyback en la Batalla de la Torre Astronómica en el misterio del príncipe, no es un hombre lobo.

Aunque Bill sufrió una serie de efectos secundarios debido al ataque, como una enorme cicatriz en el rostro y un gusto por la carne cruda, no se convierte en hombre lobo ya que Greyback estaba en forma humana en el momento del ataque. La condición de licántropo puede ser genética, pero, como en el caso de Teddy Lupin, no necesariamente lo es.