Derechos de personajes reservados a Suzanne Collins.
Bajé del tren, preguntándome dónde estaba Beth, pues, hoy era la gran presentación de los tributos de cada distrito. Comenzaba a sospechar de alguna conspiración porque en cada ocasión que nombraba a mi hermana, todos me evadían el tema.
"Ven. Iremos al Edificio de Justicia, allí entrenaras durante dos semanas hasta que inicien los juegos"-me dijo Jules.
Unos agentes de paz nos acompañaron.
"Finnick, ella es Liona, tu estilista, y este es tu equipo de preparación"-Jules estaba chillando de la emoción.
"Hola, yo soy Trovis y ella es Zolda, bien Finnick, distrito 4, pescado. Esto si será un desafío. Vamos a arreglarte"-dijo un chico no más mayor de yo, de cabellos azul eléctrico y uñas fucsias.
"¿Me disculpan un segundo?"-dije. Y si esperar respuesta me dirigí a Jules.
"Quiero saber dónde está mi hermana. Ahora"-le dije.
"Pues, los están preparando por separado, ella pidió que así fuera"-dijo con el rostro ¿apenado?
"Me estás mintiendo"-le dije furioso.
"Ojalá fuese así Finnicky"-me dijo bajando su mentón.
"Iré a prepararme"-dije y me dirigí hacia los extraños seres humanos que estaban disfrazados en una esquina susurrando.
"Odair, eres lo it. Tu cabello rubio dorado va a ser la envidia de todos, y ese cuerpo atlético va a cautivar a todas las mujeres"-dijo Trovis.
"Es cierto"-dijo Zolda contemplandome de pies a cabeza con una sonrisa formada en sus labios anaranjados, parecía que había sufrido alguna clase de intervención quirúrgica incorrectamente realizada.
Me sentía incómodo con todas las miradas puestas en mi a medida que ibamos caminando al Edificio de Justicia. Si hay algo positivo que tiene el Capitolio es su infraestructura y arquitectura.
Llegamos e inmediatamente Liona, Trovis y Zolda me tironearon hasta una habitación que tenía de inscripción "Distrito 4". Allí me sacaron hasta el más mínimo rastro de cabello en mi cuerpo, exceptuando el cuero cabelludo. Me sumerjieron en un baño de inmersión, bastante agradable debo admitir.
"Finnicky usarás esto"-dijo Liona extendiéndome una prenda de vestir que asumo que era un pantalón de seda fina decorada con lentejuelas, estaba bordado con un Gabberhag, un tipo de pescado muy inusual, pero el más precioso que conozco.
"No te olvides de esto"- dijo Zolda sonriendo y me extendió una ¿corona? Si. Era una corona hecha de caracoles.
"Es original"-admití contemplando la belleza que habían creado. Me pregunto qué usará Beth. La echo de menos.
"Bien. Tenemos diez minutos antes de salir. Ven Odair"-dijo Jules agarrando mi brazo y llevándome fuera de ese salón. Me condujo hasta llegar a un ¿estadio? Era inmenso.
"Estás increíble. Sin duda alguna"-Jules se mordió su labio inferior.
"Es hermoso"-dije admirando el gran labor que habían hecho.
"Bien Finnicky. Carruaje dos"-dijo Jules.
"¿Cómo?"-pregunté.
"El presidente Snow lo utiliza como una estrategia más macabra. Quiere que cada tributo interactue entre sí"-dijo una voz femenina.
"Te ves hermosa"-dije boquiabierto. Llevaba puesto un acuario ajustado a su cuerpo que contenía todo tipo de especies luminosas. Parecía un árbol de navidad con tantas luces.
"Recuerda que somos hermanos"-dijo riendo.
"Finnick. Salimos en dos minutos, acompañame al carruaje dos"-dijo Jules agarrando mi brazo.
"¿Quién será mi acompañante? "-pregunté.
"Chairt. No dejes llevar por su inocente apariencia, es letal"-dijo con el rostro temeroso.

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Finnie
Fiksi PenggemarPasado jamás contado entre Finnick Odair y Annie Cresta. Derechos de personajes reservados a Suzanne Collins.