Dos hermanos. Un vencedor.

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Derechos de personajes reservados a Suzanne Collins.

No podía respirar, todo sucedía tan rápido, me pellizque el brazo. Era una pesadilla de la que no podía escapar, ¿Estaba realmente ocurriendo esto?

"Ven niño no seas tímido"-la mujer hablaba por el microfono.

Mientras me aproximaba hacia el escenario, la multitud abría paso, los que me conocían miraban apenados lo que estaba pasando. Había rostros tristes y otros aliviados.

"Son hermanos"-oí decir a un chico de unos quince años.

Por primera vez en los Juegos del hambre, hermana y hermano tendrían que luchar a muerte.

"¡Que joven tan apuesto! ¿Cómo te llamas?"-me extendió la mano y la cogí.

"Finnick"-dije a secas.

"Finnick, ¿Cómo te apellidas?"-dijo mostrandome sus perfectos dientes postizos.

"Odair"-un asombro asomó en el rostro de la dama y todas las personas en el distrito empezaron a tararear una melodía.

"Bueno. Eso es todo. ¡Felices juegos del hambre, y que las probabilidades estén siempre a su favor"-dijo poniendole punto final al tema.

Nos pusieron a Beth y a mí en el mismo cuarto. El primero en entrar fue Jelcky, el pequeño de seis años estaba llorando a mares. Nos dijo que nos quería mucho y que estaba agradecido de ser nuestro hermano. Yo le sonreí, uno a uno fueron pasando todos mis familiares y amigos. Hubo varios llantos, risas, todos en la habitación conversaban, excepto Beth y yo. Nosotros sabíamos que uno sólo saldría vivo de la arena, y esa persona iba a ser Beth.

Luego de cinco minutos vinieron los agentes de paz, entre ellos mi padre, y nos llevaron a la estación del tren.

El viaje iba a tardar tan sólo catorce horas. Cuando ingresamos al tren estábamos pasmados de la cantidad de comida que había allí. Con un cuarto de esto podríamos alimentar a la mitad del distrito.

"Finnick, Beth, me llamo Jules, ella es Mags, su mentora"-una señora de unos setenta y pico nos extendió el brazo y lo apoyó en nuestros pechos, nos sonrió e hizo señales para que entendamos que no podía hablar.

Es el colmo. Primero nos mandan a mi hermana y a mi a los Juegos del hambre y ahora tenemos una mentora muda. ¿Cómo nos va a explicar métodos de supervivencia si no puede hablar? Estoy siendo egoísta. Esta mujer parece agradable e inteligente. Seguro se las ingeniará para enseñarnos.

"Les dejaré un momento en privado. Ven Mags"-la dama ridícula y Mags se retiraron dejandonos a Beth y a mi solos.

"Escucha. Papá es agente de paz, seguro podemos conseguir zafar e irnos a tiempo de esta arena. Vamos Beth, al menos estoy aquí haciéndote compañía"-sus ojos se cristalizaron.

No Beth. No llores.

"Mira, aquí hay arándanos tu fruto favorito"-le mostré señalandole un bol lleno hasta el tope.

"Finnick. Quiero que no me dirijas la palabra, ni siquiera en el entrenamiento"-me dijo con la voz entrecortada.

¿Porqué se quiere alejar de mí ahora? Ella es mi segunda madre. La necesito. ¿Acaso planea alejarse de mí para después asesinarme sin piedad? Estoy siendo ridículo.

Lo que si estoy seguro es que estos juegos van a tener muchas sorpresas.

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Holaa! Amo tanto a Mags. Bueno hasta acá llega el capítulo dos. Diganme que les parece.

Gracias por leerlo ♡♡

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