Te conozco...

Conociendo a Loko

Han pasado ya años desde que lo vi la última vez, en aquella cafetería. Sentado, bebiendo café, uno tras otro porque no tenía como pagarlos.

Soy Emma y estoy enamorada de un dios Nórdico.

Seguro dirán, que locura aborda a esta "joven", a mis 28 años no me veo más joven, pero si, es poco creíble lo del dios Nórdico. Seguro vendrá a tu mente, el salón del Valhalla, el Mjolnir, la espada de Heimdall que abre el Bifrost y cosas así.

No estoy hablando de Thor, sino de su medio hermano, Loki, sus mentiras y sonrisa fue lo que más me cautivo, pero, a 4 años desde su partida a Asgard, no he vuelto a saber de él.

Pues la historia va más o menos así, vivo a las afueras de un pueblito en Toronto, Canadá; 4 años atrás conocí a Loki, grosero y descortés, con aires de grandeza por donde se lo viera y con fuertes ansias de dominar el mundo.

Nuestro primer cruce de palabras fue casi casual, su ego lo hacía creer que podía tratarme como una más de sus súbditas, grave error, por cierto, yo era la camarera de esa cafetería.

Emma: Desea algo más, su alteza. –Aclaro su voz.

Loki: No... -dijo casi al punto de explotar en café.

Emma: ¿Cómo me pagaras la cuenta?

Loki: ¿Cuenta? Soy Loki príncipe de Asgard.

Emma: Lo que digas Loko, solo dame el dinero que tengo más mesas que atender.

Loki: Es Loki y...

Metió sus manos dentro de sus bolsillos dejándolos al descubierto haciendo notar que no tenía nada más que pelusas, de aquel traje de cuero verde. Lo mire con cara de hartazgo, suspire y me di la vuelta para retirarme a atender a las demás mesas.

Loki: Espera, mujer, mujer mortal... hey... ¿A dónde vas?

Emma: A seguir trabajando, esas tazas de café no se pagarán solas.

Loki: ¿Cómo te llamas? Soy Loki princip...

Emma: Se quién eres Loko leo mitología. –él me miro extrañado. - ¿Historia? –siguió con la mirada confundida. –Olvídalo.

Loki continuaba siguiéndome.

Emma: Me vas a dejar trabajar Loko.

Loki: Es Loki, y solo quiero saber cómo volver a Asgard.

Emma: Mira, Loki, necesito que me dejes trabajar, o de lo contrario pagaras esas tazas de café lavando trastes atrás. Además, no sé cómo hacer para que vuelvas al dichoso Asgard. –continúe caminando.

Loki: Mujer, este lugar esta vacío, préstame atención cuando te hablo.

Emma: Las mesas no se limpian solas, Loko.

Loki: Mujer, solo quiero volver a Asgard. 

Gire y él estaba detrás mío, y por poco se me caen todos los platos, Loki con unos reflejos casi increíbles, sostuvo la bandeja con firmeza apoyando sus manos sobre las mías. Levante la vista lentamente y casi podía sentir su respiración, él quedo viéndome por un momento a los ojos mientras que yo vi a sus labios.

Emma: No sé cómo puedes volver, y ya déjame sola, estoy trabajando Loko.

Lo esquivé y fui a la cocina a dejar los platos. Loki se retiró con su orgullo intacto, casi incluso podría decirlo que tenía como un aspecto fanfarrón.

Termine mi turno, cansada, un tanto estresada, con un fuerte dolor de cabeza, al salir del local veo a Loki afuera esperándome recostado en la pared.

Loki: Mujer, ¿me ayudaras? –rápidamente me di vuelta para irme a mi casa. –Oye, te estoy hablando, acaso estas ignorándome, a mí, Loki, princip...

Emma: Príncipe de Asgard, lo se Loko no debes repetirlo cada rato. Y no, no te ayudare porque no sé cómo demonios llegaste, solo te vi entrar a la cafetería. Ahora puedo irme a mi casa, estoy casada y no quiero lidiar contigo.

Loki: ¿Dónde es tu hogar?

Emma: A unas calles de aquí. –En ese instante Loki hizo aparecer su cetro, me tomo de la cintura y desaparecimos, instantáneamente aparecimos frente a casa, quede helada al ver mi casa.

Loki quedo viéndome fijamente mientras continuaba tomándome de la cintura.

Emma: Ahm... Gracias por traerme. –Loki no dijo palabra alguna, sin embargo, no quitaba sus ojos de mis ojos y mi rostro. –Puedes soltarme ya... -afirmo aún más sus manos contra mi cintura, y acercándose a mis labios dijo.

Loki: Eres la mortal más hermosa que he visto. –retrocedí para atrás.