Te conozco...

La tormenta que trajo la calma

Comienza a preparar unos omelettes para desayunar y comienza asomarse una terrible tormenta eléctrica, el viento comenzó a soplar con fuertes ráfagas, Emma subió la vista viendo la luz de la cocina, suspiró y continúo cocinando.

Unos minutos después se sienta a comer y la lluvia se larga torrencialmente, revolvió su comida y comió tan solo dos bocados viendo como el queso se mezclaba con el huevo.

Emma: No sé qué hago comiendo como estúpida si no tengo hambre.

Tiro el huevo a la basura y lavo el plato.

Una vez terminado, se dirigió hacia la ventana y vio hacia el cielo, unas lágrimas cayeron rodeando sus mejillas resignándose a la vuelta de Loki. Seco una de sus lágrimas que había caído por sus labios superiores y una lluvia torrencial comenzó a caer, tomo asiento en el sofá e inclino su cabeza contra el respaldo y las lágrimas continuaron cayendo. En ese preciso momento, la luz se corta quedando en completa oscuridad, únicamente con la iluminación de la calle que reflejaba en su semblante entristecido con aquellas lagrimas que brillaban como si fueran un diamante, cerró sus ojos y durmió.

Unas horas más tarde, Emma, despertó en su cama tapada hasta la mitad de su cuerpo.

Emma: ¿Pero...? ¿No estaba en el sofá yo?

Se levantó sigilosamente y se dirigió lentamente hasta la puerta de su habitación, y abrió lo más silenciosamente posible aquella puerta saliendo en cuclillas, escucho a alguien en la biblioteca ojear sus libros, lentamente fue acercándose a una de las paredes que dividía una habitación de otra y ve a un hombre de cabellos negros hasta los hombros y una campera color negro, sus mangas estaban arremangadas y llevaba un reloj en su mano izquierda.

Emma vio a su alrededor y a su lado había una estatuilla de yeso con la forma de una valkiria, la tomo fuertemente con ambas manos y con la respiración agitada, se acercó lentamente tratando de controlar su respiración, levanta la estatua lo más alto que puede y tira un golpe seco sobre aquel extraño hombre.

Pero en el instante en que lo golpea desaparece, Emma totalmente desconcertada mira a ambos lados, y escucha una voz detrás suyo.

Loki: Así tratas a tus invitados, que mal por ti. –Emma gira y ve a Loki, guiñándole un ojo y sonriendo tan característicamente como solo él lo hacía.

Emma: Loki... -deja caer la estatuilla al suelo y lo abraza, él hace una sonrisa cortada y abraza a la joven.

Loki: Hola Emma

Emma: ¿Eres tú?

Loki: Si soy yo. –sonríe.

Emma: Pero ¿Cómo? ¿Y esas ropas? ¿Y tú traje?

Loki: Es ropa de tu hermano, que mal que no lo recuerdes mujer. –Emma se sonríe.

Emma: Loki. –lo vuelve a abrazar. - ¿Por qué tardaste tanto?

Loki: Quería volver, pero Odín no me lo permitía, me encerraron mucho tiempo, pero mi madre me permitió escapar.

Emma: ¿Frigga?

Loki: Así es. Sé que fue mucho tiempo, te lo recompensaré. Ya no quiero verte llorar, ¿está bien?

Emma: Sí, lo prometo.

Loki: Si te digo que volveré. –levanta suavemente el mentón de Emma y mira a sus ojos fijamente. –Quiere decir que así lo hare. –besa su frente. –Ahora quiero que descanses.

Emma: Aguarda Loki... ¿Te casaste?

Loki: Es complicado, ahora descansa mañana hablamos.

Emma: No quiero hablar mañana quiero hablar ahora, ¿Te casaste o no? –Loki se sentó en el sofá.

Loki: Hui de mi matrimonio.

Emma: Pero ¿cómo?