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"¡¿Donde estuviste Harry?!" Mi preciosa madre gritó desde la cocina "¿Crees que es justo que llegues a esta hora y con perfume de otra persona?"

No podía importarme menos su opinión, dejaría que gritara hasta que se cansara.

Ayer pasé una noche increíble, Adden era incluso mejor en la acción que en las palabras, resulta que el chico era un empresario abrumado del mundo de negocios, y estaba en búsqueda de lo mismo que yo.

Diversión casual.

Llegué muy tarde, casi rozando la madrugada, con el uniforme arrugado y con algunas manchas de líquidos poco agraciados, Adden me dejó en la puerta de mi casa con la promesa de que nos veríamos de nuevo.

Ella estaba esperandome en la puerta, cómo un alcón vigilante, viendo cómo me despedía de un chico desconocido con un beso en los labios.

Mis padres son un verdadero caso, creen que luego de prácticamente haberme ignorado durante cinco años y luego venir y tratarme como su hijo predilecto va a cambiar alguna cosa, ¿Quieren cambiar su comportamiento para entrar al reino de su amado Dios? Debieron pensarlo antes de haberme dejado con mi abuela mientras ellos se iban a otro país a trabajar.

Mentiras y más mentiras.

¿Creen que no escuchaba a mi pobre abuela reclamar por mi pensión? Esa pobre señora de setenta años tuvo que criarme porque su inútil hijo no pudo cumplir con su responsabilidad.

El día en el que me dejaron en la casa de mi abuela después de haber ido a un parque de juegos, yo no sabía que ellos no iban a volver por mí, los esperé por días. Hasta que recibí una llamada de otro país con ellos excusandose de que tenían que viajar por trabajo, cinco jodidos años en los que ni siquiera me visitaron.

La escuché discutir con mi padre acerca de mi comportamiento, mi progenitor trató de "defenderme" argumentando que estaba en la edad rebelde, ella seguía llamandome con pronombres impronunciables y despectivos. No me afecta ni un poco lo que pueda decir de mí, la herida está abierta desde hace tiempo y ya me he acostumbrado a su dolor.

Ella sale de la casa con un portazo fuerte, y yo noto que ha olvidado dejarme dinero para el bus así que tendré que irme caminando de nuevo.

Llevo tres días en la secundaria y ya quiero prenderle fuego, todos los profesores son amargados, sólo dan media hora de receso, y tengo que prácticamente estar a las siete de la mañana en la puerta para entrar porque si no me sancionan, además de que ya me han regañado una infinidad de veces por el largo de mi cabello, ¿Estoy en una escuela o en un puto reformatorio?

Quiero arrancarme el cabello uno a uno por haber dejado que me arrastraran aquí, que jodido estoy.

Lo único bueno de mi corta estancia escolar ha sido Hunter, ella es prácticamente una joyita escondida en aquel basurero. Tiene un buen humor, y bastante sentido común. Ella es una chica trans, rubia y alta cómo un rascacielos, es dulce y su sonrisa en bastante luminosa; Por lo que sé tampoco es de Missouri, su familia se mudó hace unos diez años de Manhattan, buscando algo de tranquilidad lejos de la ciudad. Ella es rica, sus padres son grandes inversores y tienen bastante dinero.

El sudor comienza a resbalarse por mis piernas, es raro porque a veces suelo sudar en partes que no debería, este verano está en su punto más caluroso, por lo tanto ya no me parece tan estúpido que el uniforme escolar incluya shorts, además los puedo subir un poco más y que me queden más cortos. Atajo mi cabello en una coleta y salgo de mi casa para ir al colegio.

Camino por unas cuantas calles, las casas son rellativamente lindas, sigo mis pasos en tranquilidad mientras escucho música, hasta que me doy cuenta de que un auto sospechoso me sigue, bueno tal vez no me sigue pero si está en mi camino. ¡Oh! Pero no es cualquier auto, es el auto de mi queridísimo profesor.

𝑃𝑎𝑟𝑎𝑚𝑜𝑢𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora