Cuando logro abrir mis ojos con lentitud y pesadez, le echo un vistazo fugaz a la ventana y me doy cuenta que sigue siendo de noche. Probablemente ni siquiera estemos cerca de la madrugada, veo la hora en mi celular el cual está cerca del mueble y realmente estoy en lo correcto, recien está entrando la medianoche.
Su olor aún sigue presente, colado entre las manta siendo una tortura bastante sútil.
Él no se quedó.
Probablemente se fue creyendo que yo estaba profundamente dormido y que no lo sentí removerse para escabullirse de mi pesado cuerpo. No me duele ni mucho menos que se haya ido, me tomó en un momento de bastante debilidad, no debí pedirle que se quedara sabiendo que tiene otras responsabilidades, o que tiene a alguien esperándolo en su casa.
Pero no puedo mentirme a mi mismo, no puedo decirme que no me dolió ni un poco el hecho de que no se quedara. Yo sólo quería que la única persona que me había escuchado en meses, realmente cumpliera el papel, el papel de preocuparse por mí.
Fue muy ingenuo de mi parte, sólo un jodido niño llorón.
Puedo conciliar el sueño de nuevo así que no dudo en tumbarme de nuevo en el sofá, pensando en lo muy estúpido que soy cuando estoy ansioso, ¿Que estaba pensando cuando decidí sincerarme con él? Él no va a cambiar nada en mi vida, es un simple idiota que cree que puede llegar a mi vida cómo un jesucristo para otorgarme la puta redención.
Jodido.
Mi madre me llama en la mañana para saber de mi estado y sútilmente me pregunta cómo está la casa, le informo lo mejor que puedo sin sonar grosero a pesar de su estúpida desconfianza.
Ni siquiera tengo a alguien para que venga y me folle en cada esquina de esta puta casa, que deplorable.
Tomo un uniforme limpio y comienzo a vestirme para empezar otro día en el malnacido colegio, estudiar en un lugar donde literalmente pasaba ocho horas con un descanso de treinta minutos era malditamente sofocante, y para más tortura ni siquiera te dejaban funar cigarrillos ¿Quienes se creen que son? Que maldita cárcel.
Doy una vuelta por la cocina para empacar algo de comida, puesto que ya que mis padres no estaban tenía que ahorrar un poco el dinero.
Aunque antes de retirarme de la cocina, un destello verde roba mi atención, camino hasta el destello y noto que en la repisa hay un bulto de billetes.
Billetes que antes no estaban ahí.
Hay ciento cincuenta dólares.
QUE MIERDA.
Louis, Louis, Louis. Piensa que soy un puto acto de caridad, no entiendo porque dejaría tanto dinero a una persona que no lo necesita, yo no lo necesito. No voy a aceptar su ayuda de ninguna manera, si quiere que ayude a su novia; A mi no me hace falta.
Pero me va a escuchar, yo no lo necesito.
"Tú." Lo acusé cuando lo vi entrar a el salón, me tomé el tiempo de llegar temprano sólo para esto "Toma tu dinero, te dije que no necesitaba tu jodida ayuda."
Él se sorprende por mi actitud explosiva, claramente no esperaba que yo me rehusara a aceptar aquella cantidad de dinero, no demasiada pero sigue siendo dinero que no es mío y dinero que no quiero. Louis no toma el dinero, dejándome con la mano extendida y el ceño fruncido.
"Te dije que no lo quiero." Yo insistí poniendo una mano en mi cadeea.
"Te vas a quedar con él." Él me ordenó "Y vas a ir a la terapia que necesitas."
"Que no necesito nada, tú no puedes obligarme."
"Si puedo, fácilmente puedo decirle a tus padres las veces que han estado a punto de suspenderte."
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𝑃𝑎𝑟𝑎𝑚𝑜𝑢𝑟
FanfictionHarry comienza un nuevo año escolar en la secundaria Petals, después de que su familia lo obligara a mudarse a Estados Unidos. Harry conoce al profesor de física Louis Tomlinson, y los dos se odian mutuamente. Harry quiere conocer los secretos que...