PEQUEÑO CHANTAJE🔥 Capítulo 10.
Clarice seguía moviendo su cabecita, deslizando mi polla por su húmeda boca. La agarré por la cabeza, aunque más con intención de acariciar su sedoso pelo que de apretarla con más fuerzas. Ella, en cambio, fue acelerando su movimiento, haciendo que el placer aumentase de forma bruta. Cerré mis ojos y no tardé en sentir como el paquete comenzaba a sufrir varios espasmos. Comencé a ponerme más tenso y la respiración se agitaba.
— Clarice, ¡me corro!
Dije con fuerza.
Todo mi cuerpo se tambaleó ante la imparable corrida. Expulsé un buen puñado de leche como nunca antes había hecho. Mi mente se nubló de forma repentina y noté mis fuerzas desvanecerse. Jadeante, casi sentí como me iba a caer, pero a medida que fui respirando, me recuperé.
Abrí mis ojos y vi a mi hermana con la polla aun metida en su boca. Apretando sus labios, para no dejar que nada de leche se saliese, se la fue sacando con lentitud. Cuando terminó de salir, un reguero de leche cayó de la punta y ella lo recogió con sus dedos. Al mismo tiempo y bajo mi atenta mirada, se tragó todo el leche almacenado en los carrillos de una sentada. Luego, se relamió los dedos que estaban pringados con lo que había recogido y pasó su lengua por la punta de mi polla para limpiar lo que quedase.
— Pues, ya está.
Dijo mientras se levantaba.
— Te he hecho una mamada. Ahora borra esas malditas fotos.
Aquello sonaba a orden autoritaria y no si estaba por la labor de dejar que mi hermana me arengase de esa manera. Me levanté los pantalones y recogí mi móvil. Ella seguía mirando muy atenta.
— ¿Vas a hacerlo o no?
Preguntó nerviosa.
— Tranquila, ahora lo hago.
Dije con calmada voz.
Acaricié su hombro un poco para tranquilizarla y de repente, noté como se agitaba ante el leve roce. Eso me sorprendió y por la expresión de su cara, parecía estar excitada.
— Vamos, mete todo el dinero en el cajón para que luego no se den cuenta de nada.
Eso hizo ella y tras esto, nos volvimos a mi cuarto.
Una vez allí, le mostré como borraba las fotos y eso la alegró un poco. Pero aquello no había hecho más que empezar. Me acerqué hasta quedar muy cerca y volví a pasar mi mano por su brazo, acariciando por encima de la tela de su camisa. De nuevo, Clarice volvió a estremecerse. Llegó incluso a cerrar sus ojitos y respirar de forma intensa.
— Clari, ¿qué te pasa?
Pregunté con voz cariñosa.
— Te noto nerviosa.
Mi hermana se seguía estremeciendo ante mis caricias pero no parecía alterarse. Al menos, lo aparentaba de manera muy convincente.
— Nada, ¡estoy bien!
Exclamó cada vez más eufórica.
Sonreí ante esta reacción. Sin pensarlo, la agarré con fuerza de la cintura y la atraje a mí.
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Pequeño Chantaje [Terminada]
Короткий рассказContienen 22 Capitulo Créditos a su autor/a