PEQUEÑO CHANTAJE🔥 Capítulo 8

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Al principio, tuve miedo y pensé que me estaba volviendo loco, aunque al final, concluí que no debía ser tan malo. Ella es muy guapa, algo delgadita pero con un cuerpo curvilíneo y bonito, un poco más baja que yo, pero con una figura de infarto que incluye unos pechitow redondos y erguidos, unas piernas largas y una cola respingona cuya forma se asemeja a la de un melocotón. En suma, se trata de una vibrante mujer que me vuelve loco como pocas.

Con una deseosa sonrisa, me acerqué a ella. Quedamos muy cerca el uno del otro y miré su preciosa cara. Era redondeada aunque algo afilada por la zona de la mandíbula. Sus ojos poseían un resplandeciente brillo verde claro y su nariz era chata y recta. Tenía unos labios finos, pero invitaban a besarlos. La piel era clarita, aunque sin estar demasiado pálida. En conjunto, se trataba de un rostro precioso envuelto por su largo pelo castaño oscuro.

Acaricié con suavidad su brazo derecho, oculto bajo la manga de la camisa azul clara que llevaba puesta. Ella se me mostró algo cohibida. Entonces, se lo dije.

— Arrodíllate.

— ¿Qué?

Preguntó confusa.

— Que te pongas de rodillas.

Le ordené.

Eso hizo, pese a no entender aun a que venía todo esto. Yo me coloqué justo delante y puse su rostro frente a mi entrepierna. Clarice me miró llena de miedo.

— Claudio, ¿qué estás haciendo?

— ¿Tú qué crees?

Le respondí mientras comenzaba a desabrocharme el pantalón.

La cara que se le quedó a Clarice de asombro era para enmarcar. Me bajé el pantalón y los calzoncillos, dejando al descubierto mi bien estirada y dura polla.

— Dale, ya puedes empezar.

Le dije a mi hermana.

Ella seguía mirando sin poder creer nada de lo que veía.

— ¡Pero tú estás como una cabra!

Exclamó con horror.

— ¡No pienso chuparte la polla!

Una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro. Me encantaba la estupefacción con la que la pobre miraba.

— No tienes otra opción.

Le dije.

— O haces lo que te pido o le mando las fotos.

— ¡Eres un cerdo!

Me reprendió con su linda voz muy enfada.

— Tú misma.

Hice ademan de ir a tomar mi móvil cuando de repente, sentí la mano de mi hermana posándose sobre mi duro paquete.

— Eso es...

Suspiré.

Al fin. Lo había soñado tantas veces y deseado con muchas ganas. Pero al final, cuando sentí sus deditos apretando mi paquete, supe que lo había logrado.

Continuará...

LAURA MARTÍNEZ ❤️

Pequeño Chantaje [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora