Capítulo 3

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La siguiente semana tuve otra clase con Youyou. A la mitad de la lección se volvió a dormir. Me acerqué para mirar el rostro cansado de la niña, dejé el libro de texto de lado y quise llamarla para despertarla, pero al momento de extender mi mano, me arrepentí y la retiré.

Apoyé la barbilla en el escritorio, con miranda aturdida, después de pensarlo mucho, decidí sacar mi cuaderno verde y comencé a escribir un diario.

Jueves 14 de febrero Clima: Nublado y nieve ligera

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Jueves 14 de febrero Clima: Nublado y nieve ligera.

Hoy la narración comienza así, con pequeños copos de nieve flotando afuera, se siente tan romántico.

Por la mañana tuve clases con Peng Yu, al medio día comí un plato de albóndigas al aire libre y luego di un paseo por los grandes almacenes que se encuentran cerca de la casa de Youyou.

Un San Valentín muy aburrido, pero muy satisfactorio.

En mis ratos libres, siempre me pregunto, ¿qué estará haciendo Mu Chenghe? ¿Sabrá que hoy es San Valentín?

Quería ponerme en contacto con él, ya fuera con una llamada telefónica o un mensaje de texto, pero tenía miedo. En un día tan ambiguo como hoy, cualquiera de mis acciones le haría consciente de mis sentimientos.

Al medio día, mientras me encontraba caminando por la sección de hombres de la tienda departamental, vi un maniquí con un abrigo de lana gris oscuro y una bufanda a cuadros. No pude evitar detenerme e imaginarme a Mu Chenghe usándolo.

Se que no somos nada, pero con solo fantasear, mi corazón se llena de alegría.

Mu Laoshi, feliz día de San Valentín.

Tengo la costumbre de escribir un diario desde que era niña. En esa época, mi madre aún no era guardia penitenciaria, en cambio enseñaba chino en un condado, lo cual hacía que fuera muy estricta conmigo. Después del almuerzo, si no tomo una siesta, debía escribir un diario.

Por lo tanto, he desarrollado este hábito durante más de diez años. Desde entonces lo llevo conmigo a todas partes, incluso si solo son una o dos frases, mientras las escriba, me siento a gusto.

Empaque mis cosas, recogí mi bolso, abrí la puerta y salí. La madre de Youyou estaba sentada en la sala bordando en punto de cruz. Se sorprendió al verme salir con mis cosas. Miró el reloj de pared y se apresuró a preguntar: "¿Ya es la hora?" levantando la voz con desconcierto.

Le expliqué apresuradamente: "Está cansada y eso afecta su rendimiento académico. Este día no cuenta, la repasaré la próxima vez".

Atónita asintió con la cabeza, un poco avergonzada.

Sentí que mis palabras fueron excesivas así que después de despedirnos, me alejé apresuradamente.

El clima se volvió cálido en un abrir y cerrar de ojos y las clases en la universidad han comenzado ya hace varias semanas.

Somewhere only we know/ Recuerdo exclusivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora