Capitulo 2

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A fin de mes fui al hospital a ver a mi abuelo. Como ya es anciano su salud empeora día con día. Cuando llegué, ya había pasado la hora del almuerzo, por lo tanto no me tope ni con la enfermera, ni con mi abuela. Al verlo, no pude evitar sentarme a un lado de su cama y comenzar a contarle mis problemas en secreto.

Más tarde, cuando la enfermera vino a tomarle la temperatura, recordé que Mu Chenghe me estaba esperando en la planta baja.

En estos últimos días, la temperatura en el ambiente ha bajado, hemos pasado de verano a otoño, y el hospital está abarrotado de personas agripadas por todas partes. Mu Chenghe me esperó en la sala de espera durante más de una hora.

Me apresuré a disculparme: "Olvidé la hora".

"No te preocupes, de todos modos está lloviendo."

Cuando llegamos a casa, ya había cogido un resfriado

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Cuando llegamos a casa, ya había cogido un resfriado. Sus síntomas son muy diferentes a los de la gente común, suele presentar fiebre muy alta sin ningún síntoma previo.

Sin embargo, se negó rotundamente a admitir que tenía fiebre, mientras aseguraba que sólo se sentía algo mareado.

Toqué su frente: "Estas mucho más caliente que yo".

"Es tu mano la que esta fría."

"Tienes que tomar la medicina, debes de tener fiebre".

“No, no quiero.” Cuando se trata de tomar medicinas, se vuelve extremadamente infantil.

Si ya es difícil persuadirlo para que tome medicina, intentar llevarlo a la clínica es una misión imposible. Si hubiera sabido que él era como una esponja para los virus, le habría prestado más atención desde el principio.

Finalmente, recordé que en la víspera de Año Nuevo tampoco tomo ningún medicamento, definitivamente no era porque no pudiera, si no que simplemente no quería tomarlos, así que inventó una excusa para engañarme y hacerme desistir

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Finalmente, recordé que en la víspera de Año Nuevo tampoco tomo ningún medicamento, definitivamente no era porque no pudiera, si no que simplemente no quería tomarlos, así que inventó una excusa para engañarme y hacerme desistir.

En el pasado, en mi casa no teníamos termómetro, así que mi papá me besaba en la frente, de esta manera podía detectar de inmediato si la temperatura de mi cuerpo era más alta de lo normal. En el instante en que recordé este método, dejé de inmediato el vaso de agua sobre la mesa, le sostuve la cabeza con firmeza y sin vacilación dejé caer mis labios en su frente. Muy caliente.

Somewhere only we know/ Recuerdo exclusivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora