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Estoy exhausta – exclamó Valentina mientras se dejaba caer en la cama.

Recién habían llegado del entrenamiento de Víctor.

¿Vos exhausta? – Víctor expulsó aire por la nariz – yo me debería de estar quejando… ¿5 horas de entrenamiento no te parece mucho?

Ya te expliqué todo ayer – lo miró y vio como buscaba ropa en su armario – y si, estoy cansada porque no es fácil domarte – Víctor iba a decir algo pero se arrepintió, ella notó que era algo subido de tono – no lo malpienses

Tarde – se río mientras cerraba su armario ya con la ropa en mano – voy a bañarme y después vamos al shopping

Tenemos que comer – le recordó.

Vamos a comer allá – le aviso -- ¿te querés bañar?

¿Con vos? – dijo lo primero que se lo vino a la cabeza.

No era mi idea pero no me opongo – las mejillas de Valentina se tornaron carmesí -- ¿trajiste ropa limpia? – ella solo asintió – ¿te querés bañar primero?

Nono, anda tranquilo – Víctor asintió y entro al baño. Ella suspiro y se tapó la cara apenas él cerro la puerta

¿Por qué sos tan impulsiva?

Fue a su bolso en busca de la lista que le hizo Paula sobre los alimentos que ingiere Víctor pero su atención fue directo a su diario, lo agarró y se sentó en la cama. Abrió la página donde estaba la letra que supuestamente Víctor serbia para una canción.

La examino de principio a fin mientras algunas recuerdos invadían su mente, principalmente de su mamá y su hijo, su adorado hijo, ya se había encariñado con él cuando lo perdió.

Cerro los ojos fuertemente conteniendo las lágrimas al recordar la primer ecografía, era tan solo una manchita en la pantalla, manchita que después se desintegró.

Dejo el diario de lado, no podía seguir leyendo. Se tapó la cara tratando de controlarse, no era adecuado dar lástima en casa ajena.

Eso me enseñó mamá

Respiro hondo y de a poquito empezó a tranquilizarse. Cerro su diario y lo metió en su bolso, quizás si servía para una canción pero sentía que nunca iba a estar lista para cantarla.  Iba a quedar guardada en su diario y en su corazón.

Escucho como la puerta del baño se abrió, se limpió los parpados por las dudas y agarro su ropa limpia.

Ya terminé – aviso Víctor secándose el pelo con una toalla, se destapó la cara y la miró, una sonrisa que él notaba como falsa adornaba su cara acompañada de unos ojos rojizos -- ¿estás bien? – pregunto preocupado.

Estoy perfecta – pareciera que se lo estaba recordando a ella misma – permiso – lo esquivó y se adentró en el baño.

Definitivamente no está bien

Víctor se quedó mirando la puerta del baño un buen rato, queriendo que la preocupación se desvanezca pero simplemente no podía. Observo detenidamente su habitación tratando de encontrar algún indicio de lo que podía haberla hecho llorar. Se notaba que había llorado, o por lo menos él lo notaba.

No hay nada

Frustrado se dirigió a su armario y busco un buzo, hacia frío afuera pero también estaba soleado. Para él era un día perfecto.

Sentía que Valentina iba tardar bastante así que para no aburrirse se puso a terminar una crítica.
Estaba sumergido en su computadora cuando de pronto llegó a sus oídos la dulce melodía de algo, más bien de alguien. Era Valentina que estaba tarareando, se concentró y al instante pudo reconocer la canción; “Lovely de Billie Eilish".

A pesar de no estar cantando, su voz se escuchaba tan armoniosa y angelada con solo tararear.

Es maravillosa

De un momento a otro su voz se quebró y no volvió a tararear. Todo quedó en silencio, solo se llegaba a escuchar el agua de la ducha correr, podía apostar que si ella apagaba la ducha iba a llegar a escuchar como lloraba. Su pecho se apretó con solo imaginarse la imagen.
Necesitaba saber que le pasaba, la incertidumbre y la preocupación eran más grandes que él.

Espero tratando de mantener la calma hasta que ella saliera.

Luego de un rato, la puerta del baño se abrió y salió ella ya vestida con la ropa limpia, una toalla en la cabeza, su ropa sucia en mano y una cara que trataba de transmitir felicidad.

¿Por qué te escondes Valentina?

Se le quedó mirando mientras guardaba su ropa sucia en su bolso y se sacaba la toalla del pelo mojado.

¿Querés secártelo? – corto el silencio al ver como se estrujaba el pelo como si fuera un limón al cual le esta sacando el jugo.

¿Tenés secador? – pregunto extrañada.

Yo no pero mi mamá si – respondió – si querés se lo pido

No quiero molestar Víctor – se negó mientras se sentaba en la cama y se seguía exprimiendo el pelo con la toalla.

Él no lo dudo y salió de la habitación, se dirigió a la habitación de su mamá y toco la puerta. Apenas escucho del otro lado “Pase" se adentró en la habitación y encontró a su mamá leyendo un libro.

Hola mamá ¿me prestas el secador? – le pregunto apenas ella puso su atención en él.

Si obvio, ahí te lo busco – se levanto y fue al baño – no sabia que ahora te secabas el pelo – se lo entrego apenas volvió, el se río

No es para mí, es para Valen – Paula no pudo ocultar la felicidad y una sonrisa enorme se plantó en su cara -- ¿qué?

Yo no dije nada – se sentó en su cama

Dale mamá, te estás aguantando de decir algo – insistió Víctor

No es nada, solo me parece una buena chica y me gusta que vos te hayas fijado en ella – dijo simple.

Ayer ya te dije que te lo contaba pero no quería que me molestes todo el tiempo con lo mismo – le recordó la charla que habían tenido el día anterior.

Desde cero || Víctor Gutierrez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora