Desde cero || Víctor Gutierrez

1.

Casa Gutiérrez-

Los rodeaba un ambiente un poco tenso. Todos estaban ansiosos y nerviosos por la llegada del mayor de los hermanos Gutiérrez. En estos tres meses que estuvo en España nadie tuvo el valor de contarle todo lo que pasó en este tiempo. Todos tenían miedo de cómo fuera a reaccionar, así que prefirieron dejarlo descansar y cuando volviera le darían todas las noticias.

Después de que las hermanas Urquiza se reencontraran, salieron a desmentir todo lo dicho por los Gutiérrez en su momento y culparon a Antonio por haberlo manipulado a Víctor en el momento que estuvo indefenso. Manuel las apoyó y aunque suene raro, Alex también. A Paula le cayo como un balde de agua fría la verdad. No podía creer hasta que punto podía llegar su marido. Tuvo que hacer varias sesiones con el psicólogo para reponerse pero finalmente también las apoyó y ahora Antonio tiene condena por 5 años en la cárcel.

No estoy segura de decirle a Víctor – dijo Paula quien estaba caminando en la sala hace rato , tenía un remolino en la cabeza y no sabía si era lo correcto lo que los chicos querían hacer- ¿y si vuelve a aislarse en su cuarto como la otra vez? No quiero que vuelva a sufrir, ya tuvo suficiente.

Mira mamá, tarde o temprano se va a enterar –Alex se interpuso en el camino de Paula para que deje de caminar y le agarro de las manos para transmitirle un poco de tranquilidad. Aunque el estaba más nervioso que ella.- Yo creo que es mejor que se lo cuente su propia familia a que se entere por otras personas. Acordate que la noticia se hizo viral en internet – dijo tratando de hacer entrar en razón a su mamá.

Si Paula, Alex tiene razón. Aunque duela le tenemos que contar todo. -dijo Manuel quien había ido a recibir a su hermano. Le tocó el hombro a Alex en forma de apoyo- además vamos a estar para él en todo lo que necesite. Tenemos que estar unidos- les regalo una sonrisa a los dos.

Esta bien, esta bien- suspiro- tienen razón pero van a tener que empezar a contarle ustedes, yo no creo poder- dijo esto último medio cabizbaja.

Manuel y Alex la miraron comprendiendo lo difícil que es para ella toda esta situación.

Si quieren yo empiezo- se ofreció Alex levantando la mano como un nene pequeño. Paula y Manuel lo miraron inseguros.- ¿que?...no voy a ser tan duro

Vamos hermano, la sutileza no es lo tuyo y más si se trata de asuntos familiares- dijo Manuel medio en broma

Mira quién habla, ¿preferís empezar vos?- dijo Alex medio ofendido.

Yo no tengo problema,  y estoy seguro que puedo hacerlo más sutilmente que tú – dijo Manuel “desafiándolo” y sonriendo al ver lo fácil que era hacer enojar a Alex.

Espero que no te pongas a llorar a penas empieces a hablarle- se la devolvió Alex riéndose

Oh vamos, no empiecen con sus “peleas" de niños chiquitos- dijo Paula harta de que se pongan a pelear hasta cuando hablan de cosas serias. Aunque muy en fondo estaba agradecía de que la hicieran olvidarse un poco de la tensa situación que iban a vivir apenas su hijo mayor cruzara la puerta.

Él empezó mamá!- dijo Alex haciendo un berrinche.

Il impizi mimi- dijo Manuel burlándose de Alex. Se ve que su parte rebelde sigue apareciendo cada tanto tiempo.

No me burles!!- dijo Alex ofendido

Ni mi birlis – de nuevo lo burló Manuel. Le hacía gracia ver a Alex enojado como un nene chiquito.

El timbre de la casa sonó

Ay ya llegó – dijo Paula por lo bajo. Los nervios volvieron.

Al ver que ninguno de los chicos escuchó el timbre y que seguían molestándose. Se dispuso a ir a abrir la puerta hecha un manojo de nervios.
Después de una corta discusión entre su nerviosismo y su cabeza, finalmente tomó el pomo de la puerta y la abrió. Después de todo no podía dejar a Víctor esperando a fuera por tanto tiempo.

Se sorprendió al verlo ahí, en frente de sus ojos. Estaba cambiado. Principalmente su apariencia. Lo inspección por completo. Tenia el pelo más corto pero en la parte de arriba se notaban “esos rulos que lo distinguían cuando era un adolescente”, según  Paula. No bestia su ropa habitual, era como más elegante o sofisticada. Pero lo que más le llamo la atención fue que se había hecho un arito en su oreja. No era tan llamativo pero ella se dio cuenta. Se veía más feliz, más pleno. O eso aparentaba.

Hola mamá – le dijo con una sonrisa y con los ojos brillosos.