Capítulo 5 - El palacio

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Seungmin, como todos los días desde que estaba en la mansión, se encontraba en la cocina, aún era temprano, pero una inquietud en el pecho hizo que se despertara dos horas más temprano de lo que debía.

Además hoy iba a ser un día algo movido en la casa, ya que la Reina y el prínpe habían invitado a la familia al palacio unos días."Reforzar lazos" decía Dahyun.

—¿Min? ¿Qué haces tan temprano aquí? —los brillantes ojos de Seungmin voltearon rápidamente a la figura que lo observaba desde el marco de la puerta.

—No podía dormir- 

—Ya veo... creo que estamos algo impacientes por saber lo que va a pasar con esta familia, me duele ver como Jisung llora siempre y como los señores lo presionan —dijo Jeongin melancólico.

Ciertamente no sabía lo que ocurría. Para estas fechas ya se deberían estar haciendo los preparativos para la boda, pero todo se ha salido de control.

—¿Sabes lo que ha pasado en el pueblo? ¡Ya se corrieron rumores de una posible unión entre los Han y los Hwang! 

—¡Yo los escuché! —ambos jóvenes voltearon a la nueva voz que se había hecho presente, era Jake. —El panadero me lo comentó cuando fui, también la señora de las frutas.

—¡No nos importan los rumores! El señorito no se encuentra bien, y esa gente sólo habla de lo que no saben —habló Seungmin, a quien sólo los escuchaba hasta ese momento.

—Es cierto, el señorito no es el mismo, además, el príncipe tampoco está entusiasmado con esa unión. Ambos siempre hablan como dos amigos, nunca en plan romántico.

—Estoy de acuerdo... —habló pensativo —En fin, tenía sed y por eso desperté a esta hora, así que voy a volver a la cama. Seungmin, ve a descansar, será un día largo.

—Jisung, hijo, ¿estás listo? —Dahyun entró en la habitación del pelinegro, encontrándose con que éste aún estaba siendo vestido por sus dos sirvientes. —Seungmin, Jisung ¿puedesn salir un momento? —ambos asintieron y haciendo una venia salieron de la habitación.

—¿Ahora qué? —habló Jisung.

—Vengo para verte, hijo... quiero que te pongas tus mejores ropas y joyas, debes brillar en el palacio, que los sirvientes reconozcan el futuro príncipe del reino, tu belleza debe resaltar, Jisung, sabes cuál es tu obligación-

—MAdre, ya estoy cansado de esta charla, sabe que el príncipe y yo no tenemos nada en común, sólo es un buen amigo, pero nada más- 

Desde afuera los dos sirvientes escuchaban todas las ocurrencias de Dahyun y en cierta parte estaban sorprendidos, los padres del joven nunca obligaron a su hijo a hacer algo que él no deseara, siempre era escuchado y podía tomar todas las decisiones que quería.

Pero tal vez el poder dañaba los corazones.

Todos en la casa eran un lío de nervios, Jeongin se encontraba nervioso por ver al rey, desde la última vez que había pisado la casa de los Han no podía quitarse de la mente esa mirada coqueta que le dirigió a él exclusivamente, tal vez tuviera suerte en poder entablar una conversación seria con el moreno.

Y Seungmin no estaba mejor. En la últimas visitas del príncipe, Jisung siempre encontraba algún tipo de pretexto para dejarlos solos llevándose a Jeongin consigo, así que quedaba solo e indefenso frente a la mirada dura del príncipe.

Naturalmente su timidez le ganaba y no lograba poder hablarle con fluidez a Hyunjin.

Justo esos días había visto con sus propios ojos a Lee Minho. Era de noche, casi la madrugada cuando -en medio de su insomnio- sintió unos delicados pasos en el piso de madera de la mansión, de inmediato supo que era Jisung. Curioso por saber por qué se había levantado a tal hora, salió detrás y se extrañó cuando vio que se dirigían al jardín, justo en el kiosco. Pudo ver como los dos amantes se reencontraban y como compartían palabras dulces y besos apasionados.

—Chicos, encárguense de Jisung, lo quiero impecable —le había dirigido una mirada seria y fría a ambos chicos, y desde ese momento sabían que todo en la casa Han iba a cambiar.

Cuando entraron a la habitación, encontraron a Jisung sentado en su cama, tenía un semblante apagado y sus ojos levemente rojizos y un poco hinchados.

—No quieren entender... —murmuró, ambos pusieron atención —Ya hay una persona en mi corazón, no quiero herirlo —leves sollozos hacían que ambos chicos se estremecieran.

Lo único que pudieron hacer fue sentarse a su lado y abrazarlo fuertemente.

Soy el Seungmin de este mundo - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora