Capítulo 1 - ¿Qué hago aquí?

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Definitivamente estaba drogado o algo, esto no puede ser real. De repente estoy siento arrastrado por el pasillo de una mansión. ¡Una mansión! Y no sólo eso, si no por un personaje de ficción de una novela. Según lo que había leído -y lo que recuerdo- es que Yang Jeongin, es un criado de una familia de Vizcondes. Fue acogido a una edad muy temprana debido a que su madre lo vendió y desapareció.

Me siento mal por él...

¡No Seungmin! No es tiempo para esto.

Mi personaje, Seungmin, fue la principal razón por la que leí el libro, justamente por que había un personaje con mi nombre.

Que original.

Como Jeongin, es un criado de la familia Han. Nunca conoció a su madre y mucho menos a su padre, por lo que estuvo al cuidado de las calles hasta la edad de trece años. Después de eso, un día de ferias, conoció a un niño pelinrgro con una sonrisa encantadora, que decidió llevarlo como parte de la servidumbre en su familia. Sin embargo, fue encontrado muerto "misteriosamente", lo que no saben es que el asesino era un mago y su muerte no fue relevante en la historia.

Y ahora que he recapitulado todo... ¿¡QUÉ HAGO AQUÍ?!

Lo último que recuerdo es que estaba estudiando para mi próxima jornada de exámenes en la universidad, tal vez ¿morí? De todos modos era un estudiante lleno de estrés y cansancio, tal vez mi cuerpo colapsó.

¿Debería estar bien aquí? Aún no había alcanzado mis sueños.

Llegamos frente a unas grandísimas puertas, tal vez aquí era la habitación del "señorito Jisung". Jeongin tocó tres veces siendo rápidamente respondido por un grito algo agudo.

—¡Pase!

Cuando pude estar dentro un rayo de brillo llegó a mi, todo en el interior era espléndido, una gran cama, muebles dorados, un espejo gigante, trajes tendidos y arrojados por todo el piso el cual prácticamente peleaba con la luz del sol.

¡Kim! Ayúdame a escoger un traje y hacer un peinado al señorito susurré un "sí" y recogí todas las telas que pude en mis brazos. Su textura era magnífica, nunca había sentido algo más suave en mi vida, siendo un estudiante becado que sólo tenía dinero para unos cuentos tazones de ramen y que tenía dos empleos sólo para pagar mi departamento, un par de pantalones y camisetas donadas por mi primo ya eran bastantes.

Aunque creo que no cambié en esta vida.

Estudié cada una de las prendas hasta que pude recordar en la novela este momento. Genial, Han Jisung aquí recibiría como invitado al príncipe Hyunjin, al cual se encontró casualmente en la fiesta de su debut como futuro dueño de la casa Han. Tomé el conjunto que más se asemejaba al que describían en el libro y se lo enseñé a Jeongin, él sólo asintió y comencé a ayudar a vestir al chico pelinegro.

Bueno, ya estoy aquí así que debo acostumbrarme.

Su cuerpo parecía el de un muñeco de porcelana, era suave y no dudaba en que este chico no había hecho algo rudo en su vida. Nacido en una cuna de Vizcondes y con los mejores lujos que se le podía proporcionar a un niño, tiene una madre amorosa y un padre protector, una nana la cual le cantaba todas las noches para que cayera dormido y los mejores cocineros dejaban sus platos elegantes en su mesa. Aún con todo esto, Han Jisung es una persona bondadosa, honesta y dulce, era el joven señorito codiciado por familias de condes para expandir su territorio y su poder, también por su belleza, digna para llevar en su vientre a los futuros herederos de sus sangres.

En la historia se describe que Han Jisung en realidad no estaba enamorado del príncipe ni el príncipe de él, era un simple acuerdo entre familias. En realidad, el único a sus ojos era Lee Minho, hijo y representante de la casa de Duques Lee, pero esto se verá después.

¡Señorito! Luce usted muy brillante hoy —dijo alegre Jeongin, por lo que era, su obra de arte.

—¿Eso crees? Qué dices Seung, ¿te gusta como luzco? —llevó su castaños ojos a mi persona, lo recorrí con mi mirada y sonreí, de alguna manera él me parecía muy tierno.

—Hermoso señorito, no dudo en que le encantará a su alteza real —dije y parece que le gustó mi respuesta ya que me brindó una de sus sonrisas. Cuando volteó de nuevo, pude apreciar un rostro triste.

Todos ocultamos algo.

Jeongin me hizo señas para salir de la habitación y simplemente lo seguí, caminamos por un rato hasta llegar a un gran salón. 

—Debemos limpiar este lugar, los señores esperan que la visita sea fantástica y para eso estamos nosotros —asentí cansado y tomé los trapos e implementos para comenzar a limpiar todo el salón. 

—¿Estaremos presentes durante la visita? —pregunté, quería obtener toda la información posible de este mundo, recoger algunos ahorros e irme antes de que la vida de Seungmin sea tomada. No quiero volver a morir.

—Pensé que ya lo sabías Seung, y sí, estaremos aquí atendiendo a todo lo que los invitados necesiten, no olvides ponerte el atuendo para esto, te lo traje de la lavandería hace unos días, debe estar en tu armario —asentí de nuevo a sus palabras, ahora no podía descansar un rato... esta es la vida de un criado, pero comparado a mi vida anterior es mucho mejor, era un chico que no tenía un rumbo en la vida. —Y por favor Seungmin, peínate y ponte bonito, tenemos que impresionar a la familia Hwang. 

En momentos de pláticas ordenamos y limpiamos toda la mañana y finalmente el salón se veía impecable, estaba cansado, no iba a mentir, pero el deber de un criado siempre continúa -o eso dice Jeongin-.

En lo que llevo aquí en la mansión, he aprendido varias cosas -tuve que preguntar sigilosamente y hacerlo pasar como un "olvido"-. En la mansión somos en total seis sirvientes, el Vizconde Han Kyungju, su esposa Han Dahyun y el hijo Han Jisung. Tengo entendido que aunque la familia sea rica, les gusta mantenerse reservados por el bien de su hijo.

Estando ya en mi habitación, busqué el famoso traje que decía Jeongin y caminé hacia el espejo. Lo que vi me dejó sorprendido. En mi anterior vida no tenía tiempo para estar viéndome en el espejo y de elegir mis prendas de manera cuidadosa, no me importaba mi apariencia en lo más mínimo, pero ahora que veo mi propio reflejo, soy totalmente diferente. Mi figura es más delicada y mi piel es clara, mi cabello castaño fue reemplazado por un negro brillante y mis ojos que antes parecían sin vida, ahora tenían un brillo casi irreal para mi y eran de un color verdoso. No había rastro alguno de mi antiguo yo.

—Soy... soy lindo —dije incrédulo tocando mi rostro. Sabía por el libro que Seungmin era bonito, pero no era algo relevante en la historia por lo que se le opacaba con la belleza de los otros personajes. —No importa, me gusta como luzco —sin decir más corrí a darme una larga ducha para luego arreglarme tomándome mi tiempo. Mi nuevo cuerpo era pequeño y delgado, por lo que el traje era algo ajustado moldeado a mi figura, tenía un elegante chaleco y guantes. Parezco un mayordomo de película. 

—¿Ya estás lis- WOW, ¡Que bonito estás Min! —una persona desconocida para mi entró como si nada a la habitación, tenía cabellos azules y ciertamente era muy bonito.

—Hola eh...

—¡No me digas que te has olvidado de tu bello amigo Jaeyoon! —se cruzó de brazos e hizo un pronunciado puchero mientras azotaba el piso con uno de sus pies.

Negué divertido y caminé hasta él —Tu también estás bonito Jake —ahora lo recordaba, también era un personaje secundario como Seungmin y sólo sabía que él había llegado unos años después de mi personaje.

—Lo sé y ¡Ah! venía a decirte que la familia real ya está aquí.

Soy el Seungmin de este mundo - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora