Capítulo 8 - Noticia

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—Min...

Ja... Hoy el clima estaba más bonito, todo era más brillante, ¿Debería ir a visitar a Hyunjinnie?.        

Un suspiro salió de sus labios para luego ser seguido de una risita tonta. Seungmin estaba tan metido en sus pensamientos que no vio como Jeongin le arrojó una toalla directamente a la cabeza.

—¡Seungmin!

—¿¡Qué!? —miró aturdido al causante del desastre en su cabello. Era Jeongin y tenía en sus manos una sartén, se miraba algo molesto.  

—¡Ah! Pues perdóname, pero un señorito estaba soñando despierto mientras lo llamaba mil veces ¡hmp! ¿estás bien? ¿quieres ir a descansar? —Jeongin movía la sartén de manera amenazante mientras su rostro mostraba preocupación. El pelinegro negó. —Te veo algo distraído desde esta mañana, ¿sucedió algo con... —se acercó lo suficiente para que sólo él escuchara —Hyunjin? —Jeongin sonrió cuando Seungmin se apartó sonrojado y mirando para asegurarse que nadie los había escuchado —¡Lo sabía!-

—¡Shh! Estamos en la cocina, pueden escucharte. A-Además ¿có-cómo lo sabías? —Seungmin rascó su cuello y luego frotó su mejilla tratando de calmar sus nervios.

–¡JA! No lo sabía, pero tu mismo lo has confirmado —Jeongin soltó una risilla maliciosa. —¿Y? —Seungmin le dio una mirada de duda —¿Qué hicieron?

—Pu-Pues —antes de continuar, miró detenidamente a su alrededor y luego le hizo señas al menor para que se acercara, estando este lo suficientemente cerca habló —Nos hemos besado —susurró.

Al no recibir respuesta de su amigo se alarmó así que se alejó y vio el rostro perplejo del contrario.

—¿Jeongin?

—¡Oh cielos! ¡Kim Seungmin! ¡¿Sabes lo que significa?! —sorprendido negó—No sólo has besado a Hyunjin, Min, has besado al príhmm —fue interrumpido por las manos del mayor.

—¿Acaso estás loco? Nadie puede saberlo, y estamos justo en el palacio, ¿sabes qué pasaría si se dieran cuenta que Hyunjin y yo estamos juntos? CATÁSTROFE —susurró muy cerca del rostro del contrario.

—Ay Mim, precisamente porque tu novio es el príncipe no deberías preocuparte —ssurró el mayor.

—Exactamente —Seungmin se congeló por un instante al pensar que alguien más estaba en la cocina, pero sintió un rápido alivio al ver a Hyunjin allí.

—Hyunuin/Majestad —Dijeron los dos empleados al mismo momento.

El azabache caminó hasta los dos con una sonrisa en el rostro  y abrazó a Seungmin.

—Hyu-Hyunjin aquí n-no.

El rubio sonrió cuando se dio cuenta que Jeongin los había dejado solos en la habitación.

—Ya no me importa, Min, Chan sabe perfectamente lo que quiero, y lo que quiero eres tu a mi lado.

Seungmin sonrió abultando aquellas hermosas mejillas y no tardó en besar al príncipe frente suyo.

Todo siendo presenciado por la piedra de los recuerdos.

Justo en ese instante, Seungmin y Jeongin estaban acostados en sus respectivas camas debido a que ese día el príncipe y el rey habían preparado un festín para despedir a la familia Han, ya que al otro día todos debían partir de vuelta, sí, ya habían pasado el tiempo establecido en el palacio. Esto obviamente desilusionó a Seungmin y a Jisung, debido a que no querían separarse de sus parejas. Hyunjin por una parte le había propuesto a Seungmin que se quedara con él luego de pasar su primera noche juntos íntimamente, pero siendo sirviente de una casa de nobles había un contrato hechizado de por medio, el cual daba por medio que los dueños debían autorizar su renuncia, de lo contrario no se podría hacer. Aunque Hyunjin fuera el príncipe, Seungmin seguía siendo un sirviente.

El tiempo que estuvieron juntos, Seungmin coleccionó en su piedra preciosa los más hermosos recuerdos que hizo con su príncipe, yéndose con la esperanza de ser libre y volver a los brazos de Hyunjin.

Jisung por el contrario, estaba molesto con Minho, incluso llevaban tres días sin dirigirse la palabra. Han se sentía traicionado de cierta forma porque su pareja había prometido hablar con sus padres, cosa que nunca pasó.

Jeongin tampoco se salvaba de pasar por la pena de dejar el palacio, ya que de alguna forma había podido entablar cierta amistad con el rey Chan; éste lo mandaba a llamar sólo para que estuviera sentado al lado suyo hablando, pero el rey nunca le propuso algo y Jeongin sólo estaba algo emocionado de estar a su alrededor, debía aceptar que tenía cierta atracción, pero no se sentía listo de ir más allá.

Con todo esto, los dos chicos durmieron pensando que toda la fantasía que habían vivido estaba por acabar.

Hasta ese momento fue pacífico para Seungmin, pero un fuerte tirón en las sábanas de la cama lo hicieron despertar.              

—¡Seungmin! ¡Jeongin! Grandes noticias —exclamó Dahyun para los dos adormilados —¡Hyunjin y Jisung se casarán! —al instante, a Seungmin se le fue el sueño.

Soy el Seungmin de este mundo - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora