Capítulo 10

147 11 2
                                    

El lugar estaba cambiado. Claro que no tanto, sólo habían pasado dos meses. Pero era diferente. Faltaban árboles, había una hamaca, las puertas estaban como nuevas. Pequeños detalles pero, al haber pasado cuatro años aquí, me quedó muy bien visualizado el sector.  Estaba observando todo desde afuera, cuando llegó Julia.

- Mariana - dijo sorprendida- ¿Qué haces acá? - frunció el ceño mientras bajaba la voz-

- Hola - saludé sin sacarle la vista al Bunker- Quería venir a… ver a mis amigos - sonreía inconscientemente con la abundancia de recuerdos que caían en mi mente- Los extraño. - me sinceré- Y bueno… a vos también - ahora sí la miré- Quiero volver - gesté una mueca triste-

- Pero sabes que no podés. Así que volvé, pero a la mansión - acotó fría-

- Em, no, tengo franco - sonreí, pero esta vez sarcásticamente- Y también pensaba quedarme a dormir… ya avisé en la casa, no te preocupes.

- Volves ya - estaba muy firme, hasta parecía enojada o asustada-

- ¿Qué te pasa?- fruncí el ceño- ¿ni puedo venir a ver a mis amigos ahora? - negó- Pero ¡¿por qué?!

- no grites, baja la voz - advirtió- No podés y punto. Los chicos están muy ocupados, no se pueden distraer

- Es una misión difícil y bla bla bla - le continué la repetitiva frase- Yo trabajé años acá. Los puedo ayudar. Permiso - me frenó de atrás tomando mi brazo- Julia por favor. Quiero ver a mis amigos, los necesito, estoy mal - liberé mi pena- En serio. Dejame pasar - medio que rogué

- perdón Mariana, volvé a - no llegó a terminar la oración-

- Ju… - Candela salió por la puerta buscándola- Lali - estaba llorando- ¿qué haces acá? -se acercó corriendo a abrazarme. me aferré fuerte a ella- estás bien, no lo puedo creer - me acariciaba el pelo- Dios, dios, dios, dios - comenzó a saltar feliz- Estás acá - se separó y  me tomó la cara con ambas manos - estás igual - sonrió y pegó un grito emocionada- Voy  a llamar a los chicos ya, ¡no lo puedo creer! - se estaba yendo pero volvió corriendo- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís? - me abrazó de nuevo. Esto ya era extraño- tenemos que hablar un montón de cosas, cómo la pasaste mientras…

- Candela - la jefa la interrumpió- ¿Qué pasó? Me viniste a llamar a mí

- Sí, pero ¡mirá! - le dijo feliz- ¡Está Lali! De pie, con nosotros de nuevo. ¿No la extrañaste? - asintió pero parecía abrumada- No lo creo, no lo creo - gritó y volvió a la casa. Supongo que para llamar a los chicos-

- ¿Qué está pasando? ¿Qué es todo esto? ¿Por qué dijo que estaba de pie? ¡Es obvio que estoy de pie! -reí mirando mis pies- Necesito una explicación de esto ya.

- Yo te dije que no podías volver - bufó y apareció Gastón, que casi se cae por la velocidad en la que venía-

- ¡Lali! -sonrió feliz y vino a abrazarme- te extrañé, te extrañé un montón - estaba llorando- Te juro que pensé que esta no la pasabas. Te amo, te amo, sabelo hoy y siempre, te amo - fruncí el ceño sin entender nada.

- Pero ¿qué pasó?

- Gas… Vení un momento - lo llamó Julia a un costado. No sé qué le habrá dicho, pero su expresión cambió y volvió a la cabaña rápido- ¿querés pasar? - me ofreció ella-

- ¿Qué le dijiste? - seguía sin comprender y negó- ¿Por qué ahora me invitas a pasar?

- ¿Querés o no? - asentí- Bueno caminá entonces. Ya te vieron ellos dos, así que, que te vean todos no cambia mucho.

Entre y esto sí que estaba cambiado. Excepto mi habitación, o mejor dicho, la habitación en la que dormían las mujeres. Mis compañeros estaban en el laboratorio, trabajando, y al pasar, también se emocionaron. Yo estaba muy feliz de poder ver a todos nuevamente, pero algo raro había. Me trataban con mucho cuidado, me preguntaron cómo estaba y cómo la pasé todo este tiempo, pero cada vez que respondía, Julia se entrometía. Para la hora de la cena, amasamos pizzas todos juntos, o más bien, la mayoría. Nico y el Chino tenían trabajos para hacer, que no podían postergarse.

The SpiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora