Capítulo 16

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-¿Seguís de novio? -Le pregunté cuando me tocó ir a ordenar su habitación- No me contaste nada más de eso -él suspiró-

-Todo difícil. En realidad, no estábamos de novios, así oficializado, pero éramos algo. -tomó un trago de agua de su botella- Se complicaron las cosas cuando sus viejos se enteraron que estábamos en algo y no era su amigo; digamos que no lo dejaron salir más conmigo. -Me pareció algo ridículo y lo demostré con mis gestos- Pero nos vemos cuando podemos, en el colegio, o mentimos y decimos que estábamos con otra persona. De todas formas, es horrible.

-No puedo creer que esté lleno de homofóbicos esto. Pensé que iban a estar todos más actualizados a esta altura de la vida

-Igual en general sí -agregó Juanpa- Pero tenemos que tener la mala suerte de que nuestros tutores no estén actualizados con el tema.

-¿No hablaste de nuevo con Pedro de esto? -le cuestioné-

-No. Lo iba a hacer, lo uh a intentar una vez más. Pero no me animé. Encima, sentía que iba perder mi tiempo -negué impulsivamente- Peter es bastante terco y no sé si podría entenderme

-De alguna manera lo va a entender. ¿Me dejás que le hable? Con intentar no pierdo nada. Si vos confiás en mí, vas a ver que yo lo convenzo y le hago entrar en razón.

-No creo que puedas. Perdón por subestimarte, nadie puede con el Lanzani mayor, Lu. Además, vos viniste hace "poco" -demostró las comillas al aire - y dudo bastante de que lo convenzas.

-Hacemos una apuesta, ¿querés? -logré sacarle una sonrisa- Estoy segurísima de que te acepte y de que te deje invitarlo a la casa. Como sea lo hago entrar en razón

Ese "Como sea" me hizo pensar en una forma poco formal de que lo entienda. No podía seguir con la cabeza de esta manera.

-Acepto. Dos chocolates. Tienen que ser del gusto y marca que otro desee y no puede haber cambio. -sonreí y estreché su mano que tenía estirada-

Seguí limpiando su habitación mientras hablábamos de otros tantos temas.

Con el hermano mayor no había cruzado palabra desde la charla en la habitación. No sé si él se molestó conmigo, si no lo hace a propósito o si está tan ocupado que ni hablarme puede. Cómo cambian las cosas de un día para otro. Me resultaba raro que é no sea géminis, con su doble forma de actuar. Y no es por juzgar a los géminis, ellos suelen ser buenos; aunque haya excepciones.
Sin embargo, le hablaría hoy por la tarde; tenía que hacerlo entrar en razón con el tema de su hermano. De cualquier manera, como había dicho antes. Y mientras había estado lavando los platos pensé en cómo iba a "citarlo" a hablar. Nada de otro mundo sin embargo.

Estos dos últimos días había estado mejor. Me sentía más viva, con más ganas de hacer cosas; tenía más facilidad para reír, para levantarme por las mañanas (es un gran logro aunque no lo parezca), para bailar, limpiar o sea lo que hiciese, era siempre con más ánimos. Las sesiones con la psicóloga se habían sentido... raras, pero confortables. Era como hablarle a un desconocido de toda mi historia, que sepa cada cosa de mí y que yo no sepa nada de ella. Pero a la vez es liberador, como debía ser; podía soltarme, hablar todo lo que quisiera y ella iba a escucharme y opinar. Entiendo que justamente ese sea su trabajo, pero se siente bien que alguien te preste atención a todo lo que le cuentas, pocas veces en la vida pasa algo así, lamentablemente. Me había estado ayudando bastante. Me recomendó unos ejercicios de relajación y meditación para cuando me encuentre con ansiedad y unas pastillas por si recayera. Espero no hacerlo, no quiero que suceda eso; estoy lo suficientemente bien en estos momentos como para que algo malo pase y me hunda nuevamente.

Ayer había retomado el trabajo en la casa. Estoy en un gran dilema. Siento que debo irme, que debo cerrar esta etapa de mi vida, que, como no hace más falta que esté acá por lo que yo vine, es tiempo de irme. Pero al mismo tiempo, no sé. La incertidumbre de qué puede pasar conmigo. El no estar segura dónde vaya a parar y a vivir. Sin nadie a quién conozca. Sería como empezar una nueva vida completamente, desde cero: sin familia, amigos, trabajo, hospedaje. Suena más triste expresado en palabras pero no pienso que sea tan grave. Además de ya sentirme bien acá. De tener gente que me quiere ayudar, que quiera que esté bien. Los niños más pequeños me ayudan inconscientemente con sus bromas y juegos. Juan Pablo me distrae hablando de un montón de cosas, es alguien super interesante, como culto e inteligente; también me gusta pasar tiempo con él. Eugenia... aunque no la nombre mucho es de gran ayuda. Siempre nota cuando estoy baja de ánimos o cuando necesito algo y se ofrece a escucharme y consolarme. Se da cuenta cuando sólo necesito estar en mi mundo y me ofrece un descanso mientras ella me cubre, es una linda persona y mujer. Recuerdo que cuando entré su bondad me parecía super falsa, pero no, es así siempre, con cualquiera y casi en cualquier momento. Y Lanzani, no sé. Un simple y rotundo no sé. Hace tres días que no hablamos. Últimamente había estado super amoroso y atento, y de repente ni me saluda en la mañana. Antes de eso, era el hombre más serio que había conocido. Casi no hablábamos y se sentía bastante distante. Empezó a demostrar que le importaba mi salud mental y que si necesitaba descanso, si necesitaba vacaciones, que podía contar con él y toda esa sanata. Todavía no puedo identificar cómo es.

Luego de terminar la limpieza en la sala de estar, mi trabajo de hoy había terminado. De la cena se encargaría Eugenia y lavar la vajilla era siempre tarea de las dos, pero eso era algo simple y rápido. Estaba libre y eso significaba poder hablar con Pedro.

Sabía que estaba en su escritorio así que fui allí. Golpeé y me dio la órden para entrar.

-Peter -se sorprendió al verme- ¿estás con mucho trabajo? -inclinó la cabeza dando entender un más o menos- ¿podemos hablar?

-¿De qué? la renuncia no la tomo.

-No, no es sobre eso. Cuando te liberes, te espero en mi habitación -asintió-

Al rato de haberme ido al cuarto a leer, llegó él. golpeó la puerta y le di la orden de entrar

-¿De qué querés hablar? -se sentó en la punta de mi cama

Yo me acerqué a él, lo tomé de su remera suavemente y acortaba la distancia entre nosotros. Hasta que por fin nuestros labios se cruzaron. Él accedió al beso casi casi inmediatamente, pero luego se alejó. Me miró a los ojos, mi corazón comenzaba a latir cada vez más rápido, nerviosa. Puso su mano en mi mejilla y me llevó hacia él nuevamente. Y nuestros labios volvieron a encontrarse. Se movía tan delicadamente. Me acariciaba la pierna con la mano libre y mi piel comenzaba a erizarse. Y decidí ir más allá. El tema del encuentro estaba totalmente desviado. Coloqué mi mano sobre su nuca, ejerciendo fuerza hacia mí, para que el beso se volviera más profundo, y así sucedió. Se sentía tan bien, tan dulce, cuidadoso pero fuerte, con tantas ganas

-Lu, ¿me vas a contestar? ¿De qué queres hablar? -me llamó y wow caí a la realidad luego de haber imaginado todo eso. Mi corazón estaba super alterado. Llena de vergüenza-

-Sí, perdón. Es por Juanpa. ¿Te acordás que vos, hace unas semanas, me preguntaste si sabía qué le pasaba a él? -asintió- Bueno... Él me contó eso de que estaba de novio. Me contó cómo reaccionaste, eso le molestó. -alzó sus cejas- No es porque sea quién para decirle cómo pensar, pero Pitt, uno no elige de quién enamorarse. Y está bien que sea de alguien del mismo sexo. El amor, es amor. No importa por qué personas está compuesta la pareja, lo que más importa es que se quieran, que haya respeto, comunicación... Juanpa no fue un día y dijo, me voy a hacer gay/bisexual. Simplemente sucede. Cuando comenzás a sentir cosas por la primera persona, te das cuenta de que orientación tenés. No siempre tienen que ser hombres con mujeres. No pasa nada si un hombre está con un hombre, eso no lo hace "marica" o cagón, o sensible o lo que sea, no tiene nada que ver con eso. -suspiré-

-Em sí, ya lo sé. Mis papás no eran... no estaban actualizados del tema. Cuando yo quise experimentar con un chico, ellos casi me echan de la casa; tal vez fue por eso mi reacción de esa manera. Pero suponía que él se había molestado con eso; yo también lo hice.

-Pero él nunca supo que tenías este pensamiento Pitt, se lo tendrías que haber dicho. -asintió, dándome la razón- Hablale, se deben esa charla.

-Gracias. No sabía qué podía necesitar una charla así con vos. -Se paró y me tendió la mano para que yo también lo haga-

Y me envolvió en sus brazos. Fue fugaz, pero pude escuchar sus latidos de corazón por la diferencia de altura. Fue... tranquilizante.

The SpiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora