CAP 3

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Me alejé de la puerta cuando el esposo de la mujer embarazada se acercó a ayudarme. Lo miré para después alejarme soltando la puerta. Me senté intentando recuperar el aire, me había cansado de correr por todo el tren.

—Oye amigo, ¿Cómo, cómo cierro esto? —le preguntó al hombre que se había sentado conmigo al inicio.

—Suéltala... —le contesto y calló por unos segundos. —No creo que puedan abrirla.

Él soltó la puerta con desconfianza, las personas del otro lado seguían haciendo ruidos extraños mientras nos miraban, intentaban entrar pero no abrían la puerta, solo se golpeaban contra el vidrio.

—Es por qué nos están viendo. —dijo el hombre para luego abrazar con fuerza a su hija.

La mujer embarazada tomó unos periódicos que habían en un asiento, se acercó a la puerta y vacío el agua de una botella sobre todo el vidrio, luego quitó las hojas de los periódicos empezando a pegarla por toda la puerta. Cuándo logró cubrir toda por completo, fue cuando deje de escuchar los ruidos que hacían.

Solté un suspiro mientras la veía, ella caminó hacia su esposo y se abrazaron, yo saqué mi celular de mi bolsillo, quería llamar a Youn-gook.

Estaba a punto de apretar el botón de llamar, cuando el esposo de la embarazada llamó mi atención.

—Oye amigo. —llamó su atención mientras se acercaba a él. El hombre se levantó y ambos quedaron cara a cara.

—¿Qué pasa?

—¿No crees que nos debes una disculpa?

—¿Y eso por qué?

¿Enserio lo pregunta? Tal vez por cerrarnos la puerta en la cara.

—Nos cerraste la puerta en la cara —me señaló con la mirada y luego a su esposa.— ¿Acaso eres idiota?

—No eran las únicas personas que estaban en peligro.

El señor lo tomó del cuello de la camisa con enojo, seguí mirándolos con atención.

—Debería dejarte ahí y que te coman vivo idiota. —le dijo enojo.

—Detente. Todos están asustados. —le dijo su esposa, tomándolo del brazo.

—Todos estamos asustados, no hagas más grande el problema. —le dije acercándome a ellos. —En su conciencia quedará el intentar matarnos. —dije para luego mirar al hombre, el desvío su mirada. El esposo de la mujer lo soltó y se alejó de él.

Caminé nuevamente hacía dónde estaba sentada, volví a abrir mi celular y llamé a mi hermano.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

Contestó.

Youn-gook ¿Dónde estás? —le pregunté tan pronto me contestó.

Es-estoy bien, estoy con unos compañeros. —sonaba agitado.

¿Estás bien? ¿Sabes lo que está pasando? ¿No te han lastimado? —pregunté preocupada.

—Estoy bien Jiwoo, estoy bien. Sólo he corrido, estoy cansado, pero estamos a salvo. No sé que le este pasando a las personas.

—Tampoco yo hermano, no te muevas de ahí, ¿Dónde estás?

—En el vagón 6. Las personas se volvieron locas, te muerden, te atacan, luego te contagian, tal vez sea un virus, cuando eso pasa parece que no sabes lo que haces. —me dijo asustado.

—Sí, sí, lo sé. Debe ser una enfermedad o algo. No dejes que te ataquen. Te prometo que iré contigo, solo aguarda un poco, espérame ahí . No salgas, por favor. —ordené con preocupación.

—No lo haré, te esperaré, te amo. —noté como su voz temblaba de miedo.

Tambien te amo. —dije antes de que me colgará.

Tragué saliva, despegando el celular de mi oreja, mire la pantalla, había una foto de Youn-gook de pequeño en mi fondo. Una lágrima cayó en la pantalla. Rápidamente limpie mi mejilla y parpade un par de veces. No podía llorar en un cuarto lleno de extraños.

Al menos sabía que mi hermano estaba vivo. Y sabía dónde estaba exactamente.

Ahora solo tenía que llegar a él.






































Última edición 28 de Septiembre del 2022.

Última edición: 05 de Agosto del 2022.

Train To Busan: Seok-Woo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora