Train To Busan: Seok-Woo.

CAP 5

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Entré al vagón donde estaban todos reunidos, me senté al lado de la mujer embarazada. Su esposo estaba de pie recargado en la puerta del baño.

—¿Todo bien con tu llamada? —me preguntó Gyeong amable.

—Asuntos de trabajo. —menti rodando mis ojos con risa.

Ella rió también, metiendo una gomita en su boca. Su esposo solo nos miraba.

—Es ¿Niño o niña? —pregunté mientras la miraba tocar su vientre.

—Es niña. —me dijo feliz mirándome.

La miré con una sonrisa. Su felicidad me la contagiaba. Por un momento pensé en la cuarentena que mi jefe me había mencionado.

—¿Y cómo la llamarán?

—Dormilón. —contestó su esposo.

-Su padre es muy flojo para buscar un nombre -me explico Gyeong al ver mi cara de confusión.

Reí. —Oh, entiendo. —el brillo de sus ojos al hablar de su bebé, hizo que me sintiera peor. Me quedé callada mientras mordía mis uñas. Pero finalmente lo decidí.

—Debo... decirles algo. —murmuré mirándolos. —Deben prometer no decirle a nadie. —dije con cuidado de que nadie más me escuchará. Me levanté de mi lugar y me acerqué al hombre. Esperaba que nadie escuchará lo que diría.

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El tren se detuvo por completo. Miré a la pareja antes de empezar a bajar del tren. La estación estaba completamente vacía.

—¿Están seguros que no quieren venir? —les pregunté por segunda vez. Después de contarles sobre la cuarentena, ambos me dijeron que tenían familia en Daejon y se sentirían más cómodos ahí que viniendo conmigo.

—Mi hermana vive en la ciudad, nos recibirá en su departamento. —me contestó Gyeong amablemente.

—Espero que lleguen bien. —les dije sonriendo con los labios cerrados.

—Nosotros esperamos que encuentres a tu hermano —contestó Sang-Hwa mientras tomaba a su esposa de la mano.

—Lo haré. Cuidense. —ambos me sonrieron y dieron la vuelta caminando hacía las escaleras.

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Empecé a llamar a mi hermano pero no contestaba, comencé a preocuparme mientras daba vueltas en el mismo lugar. Miré detrás de mí, un vagón del tren se abría. Esperé a que alguien bajara, varios chicos con el uniforme de mi hermano puesto bajaban del tren. Detrás de ellos estaba Youn-gook.

—¡Youn-gook! —grité aliviada llamando su atención.

—¡Jiwoo! —corrió hacía mi, soltando la mano de una chica, al llegar a mí nos abrazamos con fuerza.

—¡Qué bueno que estás bien! —dije tomando su cara entre mis manos.

—Pe-pensé que te habría pasado algo, no contestabas mis llamadas. —me dijo preocupado empezando a llorar.

—No, no, no llores ya estamos bien. Solo que la señal se ha ido. —pase mi mano por sus mejillas, limpiandolas.—Debemos irnos, vamos. —tomé su mano dando la vuelta, pero el jaló mi mano deteniendome.—¿Qué... qué pasa?

—Mis compañeros... —señaló con su cabeza a tres chicos y una chica que nos veían.

Los chicos se veían asustados. Trague saliva mirándolos. No podía dejarlos.