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Tiempo después.
—¿Puedo cargarla? —preguntó Soo-han.
—Claro, tómala bien. —le dí a Yoon-Su. El hijo de Gyeong, ella lo cargó en sus brazos con cuidado. Me levanté de la silla estirando mi cuerpo, caminé hacia la ventana para mirar el vecindario. Todo parecía normal.
Volví a la cocina cuando escuché el click, del horno, saqué las galletas que había preparado. Una mujer me había enseñado a hacerlas.
Han pasado 4 meses desde que logramos salir de la ciudad. Para nuestra mala suerte, todo el país se había ido a la mierda y parte del mundo también, todos creíamos que estaríamos a salvó con los militares . Lo cierto era, que ni ellos sabían que era lo que pasaba.
Sin ayuda del gobierno, el grupo de militares que quedaba había levantado muros al rededor de un complejo de casas que apenas estaban comenzando a venderse y reclutaban gente para hacer un campamento. Afortunadamente, nos encontraron a nosotros.
El vecindario fue nombrado "Alexandria",
aquí estábamos a salvo, a salvo de los caminantes. Así es como los llamamos.Gyeon murió en el parto, a las semanas de llegar aquí, su hijo se llama Yoon-Su Yuun tal y como lo quiso Sang-Hwa. Ahora Seok y yo lo cuidabamos como nuestro.
Ambos nos hicimos cargo de él y de Soo-an, quién hace 2 semanas cumplió 13 años.Mi labor en la comunidad es ser la maestra de los niños y adolescentes , daba clases en una vieja cochera pero nadie podía quejarse.
Seok ayudó a reforzar los muros, ayuda con las construcciones de la comunidad y la seguridad.
Jin-hee, tardó dos meses en dejar de llorar poe la muerte de mi hermano, aún no lo supera, cada que puede llora en mi hombro por él pero ahora alguien más está empezando a llenar su mente. Su novio, se llama Jin, apenas empezaron su relación, Jin-hee parece olvidar a Youn-gook cada que esta con él. Eso me alegra. Que deje a Youn-gook en el pasado, algo que yo no he podido hacer.
—Hola. —seok se acercó, dejando un beso rápido en mis labios.
—Hola. —le sonreí. El comenzó a caminar hacia la sala. —¿Saldrás? —pregunté al verlo cambiarse los tenis por sus botas de explorador.
—Sí, tenemos que buscar suministros, no quedan muchos, aprovecharé para buscar cosas para Yoon-Su, ¿Quieres algo?.
—No, estoy bien. —caminé hacía había la sala.
—¿Segura? —me preguntó levantándose, luego de terminar con sus botas.
Fingi pensar. —Segura.
—Bueno, no quiero verte quejando de que en la alacena no hay nada que te guste.
Lo miré ofendida. —Asegurate de encontrar mis galletas favoritas.
Él me sonrió, dió otro beso en mis labios y salió corriendo por la puerta.
—¡Vuelves! —le grité mientras él corrió hacía las grandes puertas.
—¡Siempre lo hago! —me contestó, para luego seguir corriendo. Le lancé un beso y sonreí cerrando la puerta.
Regresé a la cocina, Jin-hee tenía una galleta en su mano.
—¡Jiwoo, aquí estás! Quería saber si necesitabas ayuda en la cocina.
—Oh no, hoy no me toca cocinar a mí. —le dije recargandome en la mesa. —Las galletas solo las hice por aburrimiento.
—Te quedaron muy ricas por cierto. En fin, Jin quiere saber si esos trajes le quedan a Yoon-Su. —me señaló con la cabeza unos trajes que estaban sobre la mesa, los tomé con mis manos, eran tres.
—No lo creo, son muy grandes, ¿Jin está ciego?
—¿Ciego quién?
—¡Oh! Nadie Jin, hablábamos de Seok. —dije riendo nerviosa.
—¿Qué te parecen? Los encontré en una búsqueda. —señalo los trajes que estaban en mis manos. Luego dió un pequeño beso a Jin-hee.
—Geniales. —miré a Jin-hee, ella intentaba no reír.—¿No fuiste con Seok?
—Puede cuidarse solo. —me contestó para después morder una de las galletas que había hecho.
—¡Mamá! —Soo-han entró a la cocina gritando.
—¿Por qué gritas Soo-han?
—¡Ay, lo siento! Solo venía a preguntar...
Antes de que Soo-han nos dijera algo más, una fuerte explosión rompió los vidrios de las ventanas, todos nos ocultamos debajo de la mesa con rapidez.
Cuando la explosión pasó, todos salimos de denakonde la mesa. Jin, Jin-hee y yo nos acercamos a la ventana. Fuego salía de una de las torres de vigilancia.
—La torre cayó... —murmuró Jin con sus cejas juntas.
—Van a entrar.—Ambos nos vimos a los ojos asustados.—¡Jin-hee! ¡Cuida a los niños! —le grité antes de salir corriendo por la puerta Jin corría más rápido, corria por delante de mí. Llegamos al centro de la comunidad. Más personas también salían de sus casas, igual de confundidas.
—Oh mierda... —dijimos los Jin y yo a la vez. Una horda de caminantes entraba por el hueco que la explosión había dejado en un muro.
¿Seok-woo dónde estás?
Última edición: 07 de Agosto del 2024.
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Train To Busan: Seok-Woo.
Short StoryMin Jiwoo una mujer de 26 años, viaja a Busan para el campeonato de béisbol de su hermano menor Youn-gook. Dónde un virus letal se desata. Y dónde el amor por fin llega a su vida. Seok-Woo x Reader. Aviso: La hice cuando tenia creo 12 años. La histo...