15

1.1K 108 165
                                    

Las grandes manos se deslizaban porla cintura de Jungwon hasta llegar a sus caderas donde se detuvieron y se aferraron, el húmedo sonido de los besos lentos escuchándose como un susurro en medio del silencio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las grandes manos se deslizaban por
la cintura de Jungwon hasta llegar a sus caderas donde se detuvieron y se aferraron, el húmedo sonido de los besos lentos escuchándose como un susurro en medio del silencio. Yang estaba sentado sobre Jay,  con una mano apoyada en su hombro izquierdo mientras la otra enredaba
los dedos en los largos cabellos de su nuca.

— Si me tocas el trasero no me voy a enojar, ¿sabes? — le murmuró en cuanto se alejó, sonriendo divertido por la vacilación de Jay antes de que fuera un chico obediente y colocara ambas manos sobre el trasero del mayor — Estás tímido hoy, eso es adorable.

—Me pones nervioso... mi corazón late muy rápido.

Para comprobar, Jungwon apoyó una de sus manos en el pecho del menor, sintiendo los latidos veloces golpear en su palma. Se rió de él sin pensárselo ni un segundo, antes de sostenerle de las mejillas y volver a fundir sus bocas en un largo, lento y húmedo beso. Después de ducharse, no habían hecho nada más que tener una duradera sesión de besos a solas en la habitación, sobre la cama, solo acariciándose sin propasar la línea, labios que se movían sobre los ajenos con cuidado, saboreándose. El silencio inundaba las cuatro paredes, pero el ruido del exterior se oía de fondo como un murmureo suave; la voz distorsionada de algún vendedor desde un megáfono muy lejano, el rugir de los motores y los ladridos bajos. Estaba anocheciendo, por lo que la luz empezaba a escasear, pero incluso en la inminente oscuridad ellos no dejaron de sentirse.

Cuando el sol se ocultó por completo, Jay deslizó ambas manos por la curva de la espalda baja de Jungwon hasta escabullirse en los bolsillos traseros del par de pantalones sueltos, una sonrisa adornó los labios del mayor antes de que desviara sus besos por su mejilla y dibujara un camino imaginario, pasando por su mentón
y llegando a su cuello. Se refugió ahí, sin moverse ni seguir besándolo, abrazándose a su torso y suspirando con gusto a lo cálido que era estar abrazado así con su novio. Park tampoco hizo movimiento alguno, en vez de eso solo cerró los ojos y disfrutó de ese momento calmado. Dicen que cuando estás con la persona correcta los silencios nunca son callados, porque si ponía atención, como Jungwon al colocar su mano en medio de los pectorales ajenos, podías escuchar el latir de un corazón.

Un golpeteo apaciguado que junto a la
respiración relajada podría escucharse como la melodía perfecta para una canción de cuna. El sube y baja de su manzana de Adán al tragar saliva, la danza pacífica de su respiración. Desde ese ángulo, estando tan cerca, Jungwon podía notar los mejores detalles; como el largo de sus gruesas pestañas, la aparición de vello facial que sea asomaba por su mandíbula y su mentón, algunas marcas de expresión, y partes más tostadas en su tez. Jay sonreía, porque Yang estaba tan pegado a su piel que podia sentir la caricia tímida de sus pestañas cada vez que parpadeaba en su cuello. El suspiro que soltó le pegó directo en la piel, haciéndole cosquillas, los delgados dedos se entretuvieron en jugar con la tela de su camiseta y de pronto tenía a Yang concentrado en la forma redonda del  cuello de la prenda oscura.

𝐊𝐌𝐋𝐍𝐖 【ᨳ᭬】 ʲᵃʸʷᵒⁿ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora