Negación

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Lo único predecible de la vida, es que es impredecible.

Su plan era sencillo: Ir pasado mañana donde la princesa de las flores para su rutinaria sesión de meditación guiada y aprovechar para preguntarle sobre lo que había leído... ¡Con suerte los plumerianos habrían perfeccionado sus métodos y su martirio así se habría acabado! Así sea que tuviese que meditar días y noches en esa extraña posición que le cortaba la circulación de las piernas o tomar decenas de esas perfumadas (y para ella nauseabundas) bebidas hechas con plantas que ni sabía que existían, lo haría, seguro que lo haría.

Pero una vez más: Lo predecible de la vida, es que es impredecible.

Su encuentro con Perfuma no se dio en las condiciones esperadas, sino que fue por un caso de "Emergencia de princesas" ante la "Princesa Señal" como ella secretamente llamaba a todos esos asuntos a los cuales, pese a que ya había pasado unos dos meses de convivir con la rebelión, aún no se acostumbraba.

Ocurrió uno de los tantos sismos predichos por Entrapta, que eran producidos por la reacomodación de las placas tectónicas etherianas después de la liberación de energía que había recorrido el planeta desde el corazón de Etheria.

Eran hechos normales, naturales hasta cierto punto y que con el tiempo cesarían. Sin embargo, esto no significaba que los poblados, en especial los que solían ser más pacíficos, no se asustaran ante ellos. En especial si producto de uno de esos eventos geológicos, sus casas, de por sí ya endebles por los efectos de la guerra, terminaron colapsadas en su totalidad... como sucedió en esta ocasión con Thaymor, quedando en la miseria siendo un fantasma de lo que alguna vez fue.

Ante esa calamidad todas las princesas y sus aliados fueron a brindar su ayuda para no dejar desvalidos a dichos habitantes y comenzaron de forma inmediata la reconstrucción del pueblo.

Un hecho afortunado para sus habitantes, pero no para Catra. Dos días completos en esa dichosa reconstrucción, dos días perdidos de su principal y personal propósito, viendo a la princesita Hippie, pero sin poder preguntarle nada por temor a ser escuchada... ¡Y ni como apartarla, sería sospechoso por demás!

Y si le sumaba el día en que Perfuma fue a Dryl, serían tres días.

Y si le sumaba el día en que ella había ido a la antigua Zona del Terror, serían cuatro.

Cuatro malditos días malditamente desperdiciados desde que había consumido su última maldita pastilla... ¡Maldita sea!

Su mal humor era notable. Ayudaba sin duda en todo lo que le pedían tanto porque se sentía en deuda por sus crímenes pasados como porque muy en el fondo le estaba gustando este nuevo estilo de vida... Hacer el bien se sentía bien (Aunque no lo admitiría) ... Pero no podía evitar sentirse frustrada y eso lo transmitía tanto ella como Melog. Adora y los demás habían asumido que su actitud que era por tanto trabajo y la constante interacción, después de todo habían costumbres difíciles de dejar atrás y Catra siempre sería Catra: Arisca y gruñona pero decidida y trabajadora.

Para su suerte y quizás gracias a ese mal genio, al finalizar la jornada del jueves, Perfuma se le acercó diciéndole "Y tu Grumpy cat, ya que finalmente acabamos con esto, mañana mismo vendrás a continuar con tus sesiones, ¡Se notan que te hacen falta!, mira al pobre Melog, ¡Está puntiagudo y al rojo vivo por tu mal genio!"

Secretamente Catra se alegró, pero no lo denotó. Por fin mañana le daría a todo eso solución.

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