Capítulo 11

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Cada día me enamoraba más de ella; sus ojos, su cabello, su aroma. Cada vez que mi nombre se envolvía en la fragancia dulce de su aliento mi corazón se aceleraba, quedándome completamente flechado por ella: Mi dulce y gran amor. (Tal vez el único y verdadero)

Kurumi era especial, más que otras mujeres, su belleza estaba en su cabeza, sus pensamientos, su alma brillaba con más resplandor que el de 10 mil piedras preciosas;

Le hablé por teléfono sólo para escuchar su linda y tierna voz: eran las 8:30 de la noche

--Kurumi, ¿cómo estás?

-Bien ¿ y tú?- dijo adormilada la chiquilla.

-¿Estabas dormida verdad?

-Sí, me quedé dormida haciendo un regalo para tí.

-WOW!¿enserio?

-Sí... es una sorpresa.

-No puedo esperar a que me la des jeje.

Colgué el teléfono y me fui a dormir. A la mañana siguiente al llegar a la escuela busqué a Kurumi y ¿cuál fue mi sorpresa? Un hermoso retrato de mí hecho a lápiz, firmado por ella. Justo cuando iba a abrazarla, llegó Tiffany y me interrumpió.

-¡Ryeowook! te invito a desayunar conmigo.

-¿Ah?- dijimos Kurumi y yo.

-Andale vamos, solo tu y yo, recuerda que solíamos hacerlo antes y ha pasado algo de tiempo... tenemos mucho de qué platicar.

-Estoy con mi novia ¿qué no ves?

-Anda ve con ella, después de todo es tu amiga y tiene razón, tienen que platicar- dijo Kurumi algo desconcertada mientras guardaba el retrato en su locker. Tiffany me agarro del brazo con una gran sonrisa en su cara, que por cierto su sonrisa es hermosa, pero a tan solo unos pasos me dio un beso en la boca estando aún cerca de Kurumi.

-¿por qué lo hiciste Tiffany?

-Es que no lo puedo evitar, me gustas mucho.

Miré a Kurumi y me sentí culpable porque correspondí en cierta medida al beso que me dio. La ví y pude leer en sus labios la palabra "Idiota"

Casanova de historietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora