Uno

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¿Cuando comenzó todo?...

Suspiro y prosigo en mi labor. Con cuidado acomodo cada vestido, cada prenda.

Si, ya recuerdo como empezó: era una tarde de primavera, fui a recoger algunas uvas para el postre del siguiente día. Mi vida era sin complicaciones.

Entonces lo ví: en su caballo, tal alto y varonil, tan... Inalcanzable.

_Ni la flor mas hermosa se compara con tu belleza

Escuche tras de mi y  ahí estaba.
Alto, guapo, de unos ojos negros preciosos, de cabello rubio, varonil y, me estaba hablando a mi.

Una pobre sirvienta, que se le iban los ojos por él. Una chica inocente, que apenas y comprendía nada.

Un sonido sordo me saca de mi estupor. Giro y la ama de llaves me mira con las manos en sus anchas caderas.

_Ya casi termino. - me disculpo acomodando  con más rapidez los vestidos

_Deja eso muchacha. Tu hermano esta en problemas. Esta detenido.

Sin perder tiempo, dejo el vestido en la cama y corro fuera quitado el mandil de mi larga falda de franela marrón.

Francisco es mi único familiar y aun que es un poco atolondrado lo quiero y el ve por mi como yo veo por él.

Salgo a la calle y al correr mis bota se atora en el barro.

Llego algo agitada y lo veo, ahí sentado entre otros mas, ese muchacho desgarvado y de pelo revuelto. Levanta la cabeza y sus ojos verdes cruzan con los míos.

Rápido voy a él pero un policía me detiene.

_Es mi hermano _ le digo apuntando a Francisco.

_Debe esperar alla _ apunta a un lado y no me queda de otra.

Después de un rato sale un policía y me llama. Entro a la pequeña oficina dónde se encuentra   el comandante y el hombre que monto un escándalo en la boda de la señorita Florecía Juárez... Es decir de la señora Cabrera.

_Señorita, el Sr. Francisco Gatorno ¿es su hermano? _ pregunta el  comandante. Asiento con la cabeza _ esta acusado de robo a la casa del Sr. Adolfo Alcázar. 

Con asustados ojos ví a el hombre alto y de piel oliva el cual se encontraba profundamente furioso.

_Si... El es mi hermano.

_Muy bien, debe de conocer que por lo que hizo no alcanza fianza y...

_Comandante _ la voz grave interrumpe a el comandante _ ¿me permite hablar con la señorita un momento?

_Adelanta Sr Alcanzar.

_A solas.

El comandante con renuente decisión se levanto y junto con el policía salieron. Dejandome a solas con ese hombre de gesto furibundo.

_sientese señorita _ me ordenó con voz roca. Sin querer obedecí de inmediato. _ Alicia Gatorno ¿cierto?.

_Si señor.

_¿Señor? _ suelta una carcajada carente de humor _ Dígame solo Adolfo.

_No me parece...

_¡Lo que a mi no me parece!, es: que un bándalo enclenque aya entrado a mi hacienda y además de robarme echo a perder uvas que ya las tengo comprometidas e iniciar un incendio.

Me quedo anonadada. El tonto de Francisco. No puedo cree que aya echo todo eso.

_Lo siento..._ otra carcajada y mas ronca que la anterior

El sendero de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora