Dieciséis

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Antes de abrir los ojos siento mi cuerpo un poco dolorido. Estoy muy a gusto, me acurrucó entre algo cálido y firme. Siento como me acarician el pelo, la mejilla, los labios... Pero es tanta mi Pereza que no abro los ojos. Ahora siento algo húmedo que recorre mis labios, los succiona y mordisquea.

No quiero abrir los ojos, escondo mi cara en un hueco - también escucho una leve risa - donde percibo un palpitar, es muy cómodo estar aquí, me aprietan y yo me acurrucó mas.

_Entonces duerme lindura. _ escucho una voz familiar.

El olor a café me despierta, apenas y abro los ojos corro a el baño, me inclino y vomito, él detiene mi pelo.

_Lo ciento, aun no se que olores no soportas.

¡Lo sabe...!, sé que lo sabe. Enjuague mi boca con un poco de agua. ¿Que digo?, ¿por que no esta furioso, y echando fuego hasta por la boca?.  Lo veo a través del espejo del baño y me regala una genuina sonrisa, que de alguna manera -pese a lo nerviosa que estoy - se la devuelvo. Pasa sus manos sobre mi cintura y acomoda su mentón en mi hombro derecho, me da un beso en la mejilla.

_¿mejor?.

A ciento con la cabeza, me abraza mas fuerte y suspira.

_¿Sabes como y porque llegue a tener la hacienda Alcázar ?

_No creo que sea necesario...

_Si. Si lo es, es necesario que sepas, que me comprendas para que puedas perdonarme. Ven _ me toma de la mano _ hay que desayunar. Y también charlar.

Bajamos y Adolfo me sirve el desayuno - no pone café, ni para él - se ve tan sexy en la cocina. Se sienta a mi lado en la pequeña mesa redonda de la cocina. Comemos en silencio y en un par de veces Adolfo me da de su comida en la boca y otras me pide de la mia, en cada oportunidad que tiene me regala una pequeña sonrisa avergonzada. Dijo que hablaríamos pero no quiero decir o escuchar algo que nos quite esta tranquilidad.

_¿rico?_ pregunta al ver que he dejado el plato vacío

_Si, gracias

_De nada _ deja su semblante juguetón y se pone serio _ hay que hablar

Bajo mis ojos a mis manos. Me va a reclamar, yo alguna vez le dije que sería madre en un par de años no de meses, aunque no soy la única responsable.

_No quiero.

_Debemos, mas porque, quiero que vuelvas _ levanto mi vista y lo enfoco _ quiero que me perdones, quiero que vuelvas a casarte conmigo _ desvía la mirada _ esta vez como dios manda, pero también quiero saber lo que quieres de mi, deseo satisfacer te, en todo sentido _ pone nuevamente sus ojos miel en mi. Me sonrojo solo de pensar en la noche que pasamos, no lo hicimos solo una vez, lo hicimos toda la noche y de diferente formas, una mas placentera que la otra y ya dormimos ya muy de madrugada.

_Si, a mi también me ha gustado esta noche, a sido la mejor _su voz sale ronca y tengo  que cerrar mi piernas porque siento anhelo ahí._ pero ya tendremos tiempo de estar juntos lindura.

_Adolfo se que tu...

_Permiteme ser yo el que hable primero, por favor.

Suspiro.

_bien, pero si me hablas de ella te mato.

_Ella fue parte de mi vida, es necesario dejar las cosas claras para empezar de nuevo.

Me entra una rabia incontenible, me levanto con furia y salgo de la cocina, no, no quiero hablar de Florencia, no quiero saber como se revolcaron, como me traicionaron o como la amo o la ama, prefiero seguir aquí, así Adolfo tiene la oportunidad de pelear por ella, a mi que me deje en paz.

El sendero de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora