nueve

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Escuchó sus paso tras de mi pero no me detengo, su mano hace que me detenga y con cuidado me da la media vuelta para quedar frente a él.

_¿Quien te lo dijo? ¿Fue Ramiro? - pregunta algo tenso, como con miedo de que yo sepa algo más.

Niego con la cabeza. Me suelto con cuidado de su mano. Busco sus ojos miel.

_Solo dime, ¿por que? - casi le suplico, y me odio por mi tono de anheló que tengo de que me dé un escusa creíble para seguir como al principio.

_Necesitaba tiempo para mi._ por fin dice. Aunque sus ojos me rehullen.

_ Entiendo, no era necesario la mentira y que todos en la casa me vieran como "la pobre mujercita" por no saber de su marido y ellos si, solo me lo hubieras dicho y yo lo habría entendido. _ digo por qué más que convencerlo a él, quiero convencerme a mí de mis propias palabras.

_Lo ciento Alicia _ susurra con voz roca.

_Ya no importa. Ahora la que quiere tiempo para si, soy yo y, esperó lo entiendas. - le expreso lo que traía atorado en mi interior, no me lo puedo negar, aunque ante él finja  indiferencia, me dolió que hilera de mi, que según él, necesitará tiempo lejos de mi.

_¿Por eso estas tres semanas me has negado tu cuerpo? - se atreve a preguntar en tono indignado.

_ Tu me lo negaste un mes, y no me estoy quejando. - digo cruzando me de brazos.

_ ¿es venganza? - frunce en demasiado el ceño.

_No, a mi no me gusta la venganza, solo estoy un poco herida por ese rechazo, que no logro comprender, porque aun que te entiendo, llegue a tu vida de un día  para otro, no tuvimos un noviazgo y me case contigo por chantaje es obvio que  te aburririas de mi.

_ No estoy...

_Dejalo así, ahora yo necesito un tiempo, y mi mes de ese tiempo aun no acaba, así que te agradecería me dejes tranquila el resto de la semana.

_Como gustes

Se me arrima y me deja un beso en la frente antes de irse.

Adolfo a cumplido ya no se me ha insinuado de echo es de lo mas amable conmigo, me busca solo para charlas como si fuéramos viejos amigos, de echo sin el sexo de por medio la pasamos bien. Camino a su despacho que tiene en la hacienda para ver si me ayuda en la compra de nena, la yegua de los Juares supe que la han puesto en venta y esa yegua le tengo cariño, lluvia también es un bonito animal pero nena es mi yegua. Estoy por abrir cuando escucho la voz de Ramiro.

_ ¡Pero Alicia no tiene la culpa!

_Y yo ¿si? _ gruñe Adolfo

_Eres un maldito desgraciado. - le recrimina su amigo.

_Sigo enamorado de ella. La he vuelto a tener entre mis brazos he vuelto a recorrer su cuerpo, se que me sigue amando ella también.

_¡No me digas las cochinadas que hacen! - Ramiro grita colérico, que incluso me sobresalto.

_No son cochinadas, nos amamos.

_Si son cochinadas, marranadas, porque tu estas casado con Alicia...

_Pero no la amo, ni ella tampoco me ama.

_... Y ella esta casada con Julio Cabrera. Tu y flor están haciendo las cosas mal...

Cubro mi boca para evita que se me salga un sollozo. Corro a mi habitación y en el camino me tropiezo con Rosa pero no me importa yo sigo mi camino. Entro y sierro, no lo puedo creer... Me derrumbo en el piso. " Y ella esta casada con Julio Cabrera. Tu y flor están haciendo las cosas mal." es lo que retumba una y otra vez en mi cabeza, con dos veces que se vieron ella se le metió por los ojos, ¿acaso siempre se meterá con el hombre con el que estoy?, ¿no soy lo suficiente mujer para que no la miren a ella? Esto que me hacen es peor que lo que me hizo con julio, mínimo a el no le entregaba mi cuerpo y corazón... ¿Corazón? Lágrimas amargas derramo. ¡Si! Me estampó con la realidad... Ya e involucrado a mi corazón. Niego con la cabeza, esto no puede ser... Otra vez no.

El sendero de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora