Transfondo

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El tiempo siguió su transcurso y luego de ese ultimo enfrentamiento, en el cual vieron al ninja akuma, la armonía regreso en el pueblo de cadia. Sin embargo, eso no era escusa para bajar la guardia por parte de ambas sectas, aunque si hubo una disminución por parte de esta.

- aun no comprendo la decisión de los superiores, bajar la guardia?! es enserio?! - Expreso cierta chica con disconfort.

- han transcurrido 3 años desde la ultima vez que se lo vio, es normal que estén tranquilos- acoto la compañera de esta - además en las condiciones en las que quedo.

-si, pero aun pienso que eso no es escusa, 3 años no son nada, estuvo huyendo durante 10 años propiciando el caos y ahora...- apoyo su mano en su pecho.

-hana...

- tampoco comprendo como hayabusa estuvo de acuerdo, se que ser akakague es una gran responsabilidad pero...- hanabi miro a la chica que estaba a su lado-Tengo un mal presentimiento... kagura.

Perspectiva de hanabi:

Mi mente se siente perturbada, cada vez que cierro los ojos o cada vez que pienso, todo desborda a lo que ocurrió hace tiempo atrás, en aquel encuentro. Aunque desde aquel día no se a podido descifrar el paradero de ese miserable demonio.

Mi rendimiento físico en las misiones y a la hora de entrenar, han decaído. Tampoco mi condición mental ayuda, ya que me desconcentro fácilmente y no puedo mantener un punto firme. Mi superior que además de tener el mando del clan escarlata, también es mi padre, me a redimido de mis actividades hasta nuevo aviso, y aunque es frustrante para mí, debí de aceptarlo sin objeción.

Mi madre constantemente esta al pendiente de mí y trata de no dejarme sola cuando estoy en casa. 

Lo que paso aquella vez, solo lo sabemos lo que estuvimos, lo que lo vivimos. No deseo preocupar a mi familia pero esto es superior a mi. Normalmente en el día, kagura siempre viene a buscarme con el objetivo de distraerme. Quien diría que aquello nos hiciera más unidas, es gracioso. Por otra parte, desde que asumió como akakague, los tiempos de hayabusa han sido reducido aunque eso no le impide escabullirse, como si de un bandido se tratase, para colarse en mi habitación por las noches. Es tierno y gracioso a la vez pero si mi padre supiera de estas visitas nocturnas, aun sabiendo que es el prometido de su hija, sin dudas no se quedaría de brazos cursados. De solo pensarlo es vergonzoso.

Aquel día parecía que iba a ser como cualquier otro pero al llegar la noche, todo se desato. Hasta ese entonces kagura y yo teníamos una fuerte enemista. Ese día mi guardia había empezado en la tarde y como hayabusa tenia la guardia nocturna, kagura y él habían decidido dar un paseo, normal en ellos. En uno de mis tantos recorridos me los encontré y no pude evitar hacer una escena, vergonzosa, de celos. Mientras ambas discutíamos oímos gritos y cuando volteamos a ver, la aldea estaba siendo emboscada. Haya nos advirtió que estuviéramos alerta y luego nos dividimos. 

Varios ninjas se hallaban haciendo destrozos por la aldea, no entendía el porque hasta que vi el símbolo en la espalda de uno de ellos, ya sabia de donde provenían. Ambas sectas estuvimos luchando para detener el caos y aunque se consiguió, solo faltaba él.

 Desobedecí la orden de mi superior y me aleje del templo, ya suponiendo donde podría estar. Algo me indicaba que él estaba ahí, no lo dude. Cuando llegue a ese antiguo y solitario templo, estaba sola  pero alerta, hasta que percibí su risa.

Él me embosco pero supe como esquivarle y atacarle pero algo me jugo en contra aquel día y fue un fuerte dolor en el pecho que me paralizó. No lo entendí y después de mucho tiempo sentí pánico, no lo comprendí en ese momento.

-pensé que no pasaría ahora que interesante este día.

El dolor de cabeza era insoportable, no podía pensar y tampoco entendía de lo que hablaba.

-ella resurgirá y sembrara el caos.

Por un momento, creo haber perdido la conciencia pero rápidamente volví en si al escuchar una voz familiar. Ese día, se fue dejándome una fuerte advertencia sobre que algo en lo más profundo de mi corazón había comenzado a brotar, una fuerte y maligna oscuridad.

La mire a ella con lagrimas en mis ojos, ella solo me abrazo con fuerza y me dijo que todo estaría bien. Desde entonces kagura a estado al pendiente de mí, no solo como un apoyo emocional, sino como amiga y sacerdotisa encargada de mantener controlada aquella oscuridad que poseo. Nadie, absolutamente nadie, ni mi familia y  hayabusa saben de esto, aquel día él llego luego de que Hanzo se marchase. Sin embargo, ¿Quién es  o que es rashesha?


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Lo que arraiga en su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora