Pasado Presente

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El pasado:

A mi parecer, todo transcurría con normalidad en el pueblo y como si nada hubiese cambiado en absoluto.  Claro, no falta el que comete un delito o saquea algunos de los puesto del mercado.

Después de aquel día lluvioso, estuve por mucho tiempo pensando además de analizar, minuciosamente,  cada detalle de lo que ocurre a diario.  Diría, más bien... me a dado tiempo a pensar en muchas cosas que se vienen por delante. El hecho de que algún día tendré que dejar atrás, amargamente,  mi deseo de ser akakage. 

Uno con el tiempo sana las heridas del corazón, ¿no?

Algo así decía el dicho. Puede que tenga razón, hay heridas que llevan su tiempo en sanar...

Porque de repente, mi mente se ve invadida, con la cálida presencia de padre diciendo que me comprometió con el hijo y único hederos del clan de las sombras... ahora siento un gusto amago en mi boca. ¡Que estúpida!

Ahora que lo pienso más claramente ya van 3 años desde que hayabusa y kagura partieron en busca de ese maldito demonio. 

Ellos... ellos dos... SOLOS...

Uno acepta su destino y aprende a cargar con el, el resto de su vida. Mientras lo hago seguí entrenando duramente, lo cual fortaleció a mi persona. Ahora soy considerada como alguien temible y respetable en el clan. En cualquier desafío o entrenamiento, presumiendo, lo gano con facilidad. 

Logre además perfeccionar mi vista periférica y a estudiar rápidamente el entorno en el cual me encuentro. Todo aquello con el objetivo de derrotar al demonio el cual hayabusa también esta buscando, Hanzo.

No solo es traer la tranquilidad en Cadia, sino el honor y el titulo de akakage es lo que esta en juego, y yo no pienso rendirme, sin importar mi compromiso. 

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El presente:

Normalmente luego de cenar con mis padres, salgo un rato al jardín a despejarme. El lugar es amplio y con mucha variedad de flores, me encanta. Por un instante sierro mis ojos y suspiro hondo, apreciando el olor de las flores del jardín.

Repentinamente siento este dolor en el pecho, como el de aquella vez. Siento como el ritmo de mi corazón se va acelerando cada ves mas. Mi vista se esta haciendo cada mas nublosa y siento mucha... tristeza?

¿Qué es lo que me esta ocurriendo?

Una hora más tarde...

Desperté en mi habitación sin entender que había ocurrido, mis padres a un lado de mi cama y el medico examinándome, creo que me desmaye. Cuando el medico se retiro, mis padres me preguntaban si en verdad estaba bien, y yo, por no preocuparlos, les dije que si de una forma que sonara convincente. 

Les insistí tanto que luego se retiraron para dejarme descansar, no sin antes dejarme un 綠茶 (té verde) para que lo tomase. Mientras lo hacia leía un libro de romance y poesía que kagura me había recomendado, era tan hermoso aunque siempre le digo que me recomendó un libro bien empalagoso. 

Pasada la media noche y cuando ya no se sentía más movimiento en la casa, hayabusa llego, como dueño de casa si se tratase entrando por mi ventana. Yo solo lo mire con una sonrisa aunque su cara me indicaba que algo no andaba bien.

-estas bien?- cerré el libro y lo deje a un lado.

-claro que no- me respondió y se acerco a mi- te traje esto.

Ya sabia a donde iba esto y solo suspire.

-no fue nada.

-¡TE DESMALLASTES DE LA NADA!

Alzó la voz y casi que lo mato, aquel grito podría haber despertado a mi madre, espero que no. Luego se recostó a mi lado y yo me recosté en su pecho.

-estoy bien, estate tranquilo- cerré los ojos y deje que él me abrazara, sentía su corazón acelerado- estuviste corriendo o algo así.

-cuando lo supe inmediatamente vine.

- no tenias vigilancia hoy?

-si pero hice un trato con uno de los muchachos para que me cubra- yo me aparte para mirarlo- lo único que hora me importa es que estés bien.

-estoy bien, ya te dije- le sonreí y me posicione de una forma más cómoda-y con mucha energía.

Hanabi se aproximo y beso a hayabusa, el cual no se negó aunque luego la aparto.

-ahora que?

-no estoy seguro.

-en serio?-Sin descaro alguno Hana froto su mano por medio de la entrepierna del chico- eres un mal mentiroso- río.

Luego de aquello ambos se besaron de forma apasionada, él la recostó en la cama y siguió besándola en el cuello, hanabi no puedo evitar lagar algunos suspiros.

Las prendas de ambos iban espaciándose a lo largo de la habitación, la cama poco a poco comenzó a rechinar y la chica trataba en lo posible no gemir, ya era bastante el escandalo en su habitación y no quería que su madre se diera cuenta.

-solo uno- suplicaba el chico mientras la envestía, a lo que finalmente hanabi cedió.

-haayaaa ah!

Escucharla su voz en pleno acto lo descontrolaba aumentando el clima.

-te amo Hana.

Después de decirle aquello, ambos alcanzaron el climax, y luego de estar jadeando se recostaron.

-yo también te amo, haya.

Se miraron fijamente para finalmente besarse.






Lo que arraiga en su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora